Hassaké, SIRIA (Agencia Fides, 11/06/2016) – La apertura de los servicios al público está
prevista el 1 de enero de 2017: si todo va según lo previsto, en ese
momento se completará los trabajos de restauración y en Hassaké, el
hospital más grande y mejor equipado de la región noreste de Jazira
finalmente comenzará su misión en favor de la población local,
destrozada por la guerra, que esta en grave dificultas y que no puede
pagar la atención médica. “Es un signo de esperanza y de nuestra
determinación de seguir adelante, a pesar de la tragedia que estamos
viviendo”, subraya el arzobispo sirio Jacques Behnan Hindo, guía de la
Archidiócesis siro-católica de Hassakè-Nisibi.
La historia del hospital de Hassaké es un símbolo de la tremenda
situación que está viviendo toda la nación Siria en los últimos años. El
proyecto de creación de un centro de salud moderno y eficiente para
atender a la población local fue perseguido con determinación por un
equipo de 10 médicos, nueve cristianos y un musulmán, que encontraron
los fondos y obtuvieron los permisos necesarios. La Arquidiócesis
siro-católica puso a disposición los terrenos para la construcción del
edificio.
La inauguración del hospital había sido proyectada para el año 2011,
pero luego todo saltó con el inicio del conflicto. En la evolución
trágica de los acontecimientos, el hospital se transformó en una base
logística de las milicias kurdas y también fue bombardeado por la
artillería del ejército gubernamental, y luego de nuevo bajo el control
de los militares kurdos.
“Finalmente, después de difíciles negociaciones” refiere a la Agencia
Fides el Arzobispo Jacques Behnan Hindo, “hemos recibido la aseguración
por parte de los soldados kurdos de que dejarían libre la estructura, y
firmarían el contrato final. Tendremos que restaurar las partes dañadas,
pero si todo va bien, podemos abrir el nuevo año con los primeras
repartos. Según el proyecto, será el hospital más grande de la región,
con 6.000 metros cuadrados de laboratorios y repartos para el
tratamiento de enfermedades oncológicas y también cardiológicas. También
será una señal importante de que los cristianos pueden y quieren
realizar obras que estén siempre al servicio de todos, más allá de
cualquier sectarismo”.