CIUDAD DEL VATICANO, 17 de junio de 2016 (VIS).- El Papa FRANCISCO ha recibido esta mañana en Audiencia a una Delegación de la fundación Pontificia “Ayuda a la Iglesia que sufre”
(ACS) con motivo de la apertura de la campaña internacional de colecta
de fondos – del 17 de junio al 4 de octubre de 2016- para realizar
numerosas obras de misericordia duraderas en todo el mundo. La pastoral
penitenciaria, los centros de rehabilitación, los grupos de ayuda a las
mujeres que han sufrido violencias, la asistencia a los refugiados son
algunos de los tipos de intervención que serán financiados. La campaña
será sostenida por cada una de las 22 sedes de la ACS en el mundo y
concluirá el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, cuando la
fundación presentará al Pontífice los primeros frutos de la iniciativa.
El primer benefactor de la campaña ha sido precisamente el Papa que,
en ocasión del viaje de una delegación italiana de ACS a Erbil, en el
Kurdistán iraquí, ha entregado a la fundación una contribución para los
cristianos iraquíes destinada a la clínica St. Joseph Charity de esa
localidad que cura gratuitamente a unos 2.800 refugiados sin diferencia
de religiones.
Esta mañana en el curso de la conferencia de presentación de la
campaña cuyo lema es “Be God’s Mercy” (Sé la misericordia de Dios) en la
Radio Vaticana el Santo Padre ha enviado un vídeomensaje a sus
promotores que reproducimos a continuación.
“Quiero llamar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de
todo el mundo a que en cada ciudad, en cada diócesis, en cada asociación
se haga una obra de misericordia.
Los hombres y las mujeres necesitamos de la misericordia de Dios pero
también necesitamos de nuestra misericordia; necesitamos darnos la
mano, acariciarnos, cuidarnos, y no hacer tantas guerras.
Estoy mirando aquí el dossier que Kirche in Not, que es una obra
papal, prepara para hacer obras de misericordia en todo el mundo.
Yo le encomiendo a Kirche in Not que este trabajo también… también se
lo encomiendo a ellos, para que sigan adelante con el espíritu que han
heredado del Padre Werenfried van Straaten, que en su momento tuvo la
visión de hacer en el mundo estos gestos de cercanía, de aproximación,
de bondad, de amor y de misericordia.
Así que los invito a todos, junto a Kirche in Not, a hacer en cada
lugar de todo el mundo una obra pero que quede, una obra fija de
misericordia; una estructura para tantas necesidades que hoy hay en el
mundo.
Les agradezco todo lo que hagan.
Y no le tengan miedo a la misericordia: la misericordia es la caricia de Dios”.