CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 3 de julio de 2018).- Esta mañana, a las 11:00 horas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha
tenido lugar una conferencia de presentación del Encuentro del Santo
Padre FRANCISCO con los Jefes de las Iglesias y Comunidades Cristianas
de Medio Oriente cuyo lema es:“¡La paz contigo ! Cristianos juntos por
Medio Oriente", que tendrá lugar en Bari el 7 de julio.
Han intervenido S.E. el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la
Congregación para las Iglesias Orientales y S.E. el Cardenal Kurt
Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad
de los Cristianos.
Publicamos a continuación las intervenciones de los Cardenales Leonardo Sandri y Kurt Koch.
Intervención del Cardenal Leonardo Sandri
Todos conocen la atención que, en la estela de sus predecesores, el
Santo Padre Francisco ha reservado a Oriente desde el comienzo de su
pontificado; esa atención abarca tres dimensiones, que sin embargo se
unen en un abrazo.
a. La del Oriente ya en la plena comunión de la Iglesia Católica: en la misa del comienzo del pontificado,
frente a la Confesión del apóstol Pedro, el Santo Padre reza rodeado
por los patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias orientales
católicas; con ellos tiene un encuentro reservado y durante las sesiones plenarias de la Congregación para las Iglesias Orientales, en noviembre de 2013 y en octubre de 2017 recibe algunas de las iglesias patriarcales en visita Ad Limina y a los patriarcas en varias ocasiones. En el caso de los nuevos patriarcas elegidos (copto, armenio, melquita), decide presidir personalmente la significación pública de la ecclesiastica communio durante la celebración eucarística matutina en la Domus Sanctae Marthae.
b. la del Oriente ortodoxo y ortodoxo oriental, de la que podrá
hablar mejor el Cardenal Koch: palabras y gestos de acogida, de
insistencia en la apertura de puertas y la indicación de caminos...
compartición del dolor, acuñando la conocida expresión del ecumenismo de la sangre.
Pensemos en la cercanía manifestada a la Iglesia copta con motivo del
martirio de algunos de sus fieles por el DAESH, por los atentados con
bombas en algunas iglesias. En la relación entre la Iglesia católica
oriental y ortodoxa oriental no puedo dejar de mencionar aquí el fuerte
gesto en el que el Papa Tawadros y el Patriarca Ibrahim, copto
católico, quisieron estar presentes y llevar cada uno un mensaje de
buenos deseos en la entronización de uno a otro, así como celebración de
la proclamación de doctorado de la Iglesia reconocido a San Gregorio de Narek
en presencia de todos los patriarcas armenios, católicos y apostólicos,
en abril de 2015, así como la inauguración de la estatua del santo en
los jardines del Vaticano en abril pasado.
c. la dimensión de diálogo interreligioso: en el Medio Oriente,
también los creyentes musulmanes están heridos y sufren por aquellos que
se han servido de la violencia profanando el nombre de Dios, que es
paz, ellos también se han visto obligados a abandonar sus hogares y sus tierras,
junto con las minorías, no solo cristianas, sino también yazidí en
Iraq. Memorable fue el viaje apostólico a Egipto en abril de 2016 y el
encuentro en la Universidad Al-Ahzar.
El único abrazo se expresa en la atención constante, dirigida
mediante los llamamientos a la oración y las iniciativas de paz, al
socorro de los que sufren, o que se ven obligados a partir y buscar
refugio de la violencia o la persecución: los que utilizan la violencia
no pedían primero el "documento de identidad" de la confesión cristiana
de pertenencia (católico, ortodoxo, apostólico, etc., musulmán suní,
chií, etc. ..), a quien hay que acoger y no clasificar, en cuanto
hombre, mujer o niño (pensemos en el viaje a la isla de Lesbos), se reza
unidos y juntos, como sucedió en el Santo Sepulcro en el viaje a Tierra Santa en mayo de 2015, en los Jardines del Vaticano unas semanas más tarde, en la Jornada de ayuno y oración por Siria culminada en vigilia en la Plaza de San Pedro en septiembre de 2013.
No debemos olvidar el trabajo diario de la Secretaría de Estado, en
la persona del Cardenal Secretario, del Secretario para las Relaciones
con los Estados y de todos los representantes pontificios.
La idea de un encuentro como el que tendrá lugar en Bari viene desde
lejos y proviene de varias voces: diversas Iglesias o patriarcas la han
dirigido directamente al Santo Padre durante su visita a Roma –
recuerdo, por ejemplo, la caldea y la asiria de Oriente - o con un
llamamiento escrito como el transmitido en febrero de 2016 por el
Patriarca maronita, el cardenal Bechara Boutros Rai en nombre de los
otros patriarcas católicos de Oriente Medio, reunidos en asamblea, con
la aprobación y la disponibilidad de intervenir también por parte de
algunos jefes de Iglesias no católicas de la misma región.
El acontecimiento del 7 de julio tiene las notas de un gesto fuerte
en su esencialidad. Se tratará, de hecho, de dos grandes momentos: la
oración en el paseo marítimo junto a los fieles que deseen participar en
persona o viéndolo en directo en televisión y el momento de reflexión y
escucha mutua entre el Santo Padre y los jefes de las Iglesias y
Comunidades eclesiales de Oriente Medio, aportando cada uno sus propios
punto de vista, observaciones y propuestas. A un informe introductorio,
que se ha decidido confiar a Mons. Pierbattista Pizzaballa,
Administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, seguirá
una serie de intervenciones libres. Toda esta parte tendrá lugar a
puerta cerrada. Está previsto que el Santo Padre dirija unas palabras al
comienzo de la oración pública y al final del encuentro cuando, una vez
reabiertas las puertas de la basílica de San Nicolás, el Papa Francisco
y los demás presentes saldrán a la entrada y soltarán al vuelo las
palomas que les darán algunos niños: gesto profético, porque sobre todo a
los niños y a las jóvenes generaciones de Oriente Medio tenemos que
devolver esa esperanza que las malas acciones o la simple indiferencia
les ha quitado en estos años.
Bari, la ciudad que alberga las reliquias de San Nicolás, y venera a la
Madre de Dios bajo el título de Odegitria (la que lleva por el camino)
es lugar simbólico: presencia de Oriente en Occidente, lugar de
peregrinación y puerto de esperanza.
Agradecimientos: el proceso de preparación, puesto en marcha con
determinación por el Santo Padre, se ha llevado a cabo por nuestro
Dicasterio con un primer intercambio de noticias con el profesor
Riccardi de la Comunidad de San Egidio, ha continuado con la Secretaría
de Estado, junto con la Prefectura de la Casa Pontificia, la Dirección
de Seguridad SCV, el Pontificio Consejo la Promoción de la Unidad de
los Cristianos y en estrecha coordinación con la archidiócesis de
Bari-Bitonto. Los cantos serán interpretados por el coro de la archidiócesis, con piezas solistas en árabe y arameo
gracias a la presencia de algunos alumnos del Pontificio Instituto de
Música Sacra pertenecientes a la Iglesia Caldea, Melquita y Maronita. El
Evangelio será cantado en árabe por un diácono de Siria. En el folleto de la oración, que se pondrá a disposición, podréis ver cómo se utilizarán diversas lenguas
además del italiano: francés, inglés, árabe, griego, siríaco occidental
y oriental, armenio. Un agradecimiento particular a la redacción de
Vatican Media y la oficina teológico-pastoral, para la realización del
videoclip que vimos al principio y que servirá para incrementar la
atención y la oración en preparación para el encuentro de Bari.
El Santo Padre, desde el anuncio del encuentro, el pasado 25 de abril, ha pedido que se preparase y acompañase con la oración el evento del 7 de julio, un llamamiento renovado en el Ángelus del domingo 1 de julio, y en un tweet
el mismo día: las diócesis italianas a través del Presidente, el
cardenal Bassetti, y europeas, a través del cardenal Bagnasco Presidente
CCEE, han sido invitadas a una sensibilización especial en las
parroquias, y, por cuanto respecta a Italia se ha enviado un esquema de
textos y oraciones.
Sobre la presencia de los Patriarcas de las Iglesias Orientales
Católicas de Oriente Medio, estarán presentes todos (copto, sirio,
maronita, caldeo, armenio), excepto el melquita que estará representado
por el Metropolitano de Alepo, y el Administrador Apostólico del
Patriarcado Latino de Jerusalén.
Intervención del Cardenal Kurt Koch
Oriente Medio es la tierra de origen del cristianismo. Por esta razón,
ocupa un lugar único en el movimiento por la unidad de los cristianos.
El movimiento ecuménico siempre ha estado convencido de que,
profundizando sus raíces comunes, los cristianos pueden encontrar
caminos de unidad.
Por lo tanto, no es casualidad que el evento que marcó el comienzo
del "diálogo de caridad" entre católicos y ortodoxos tuviera lugar en
Jerusalén. Me refiero a la peregrinación que el beato Papa Pablo VI y el
Patriarca Atenágoras hicieron juntos el 6 de enero de 1964. En la
tierra donde Cristo fundó su Iglesia y derramó su sangre por ella, los
dos primados intercambiaron el beso de la paz, escucharon la lectura del
capítulo XVII del evangelio de San Juan y juntos rezaron la oración
dominical, comprometiéndose juntos y de forma irreversible en el camino
de la unidad.
Oriente Medio, tierra de los orígenes, es también una de las regiones
del mundo donde la situación de los cristianos es más precaria. Debido a
las guerras y la persecución, muchas familias abandonan su patria
histórica en busca de seguridad y de un futuro mejor. El porcentaje de
cristianos en Oriente Medio ha disminuido drásticamente en el transcurso
de un siglo: si bien representaban el 20% de la población de Oriente
Medio antes de la Primera Guerra Mundial, ahora son solo el 4%.
Región martirizada, Oriente Medio es también un lugar donde las
relaciones ecuménicas son más fuertes y más prometedoras, especialmente
entre ortodoxos y católicos. Me gustaría mencionar tres dimensiones
principales: el ecumenismo de la vida, el ecumenismo de la santidad y el
ecumenismo de la sangre.
La situación minoritaria en la que se encuentran los cristianos en
Oriente Medio es una razón urgente para reunirse en lo que podríamos
llamar un "ecumenismo de la vida". En su Carta a los cristianos de Oriente Medio,
el Papa FRANCISCO se alegraba por el ecumenismo concreto vivido por
los cristianos de Oriente Medio: " En medio de las enemistades y los
conflictos, la comunión vivida entre vosotros, con fraternidad y
sencillez, es un signo del Reino de Dios."(21 de diciembre de 2014).
Este ecumenismo de la vida a veces se ha traducido en acuerdos
pastorales que prevén, en caso de necesidad, el acceso a los sacramentos
de otras iglesias por los fieles - por ejemplo, entre la Iglesia
católica y la Iglesia ortodoxa siria (1984), y entre la Iglesia caldea y
la Iglesia asiria de Oriente (2001). Los cristianos en Oriente Medio
muestran el camino de la unidad a sus hermanos occidentales.
El contexto difícil en el que los cristianos se encuentran transforma
rápidamente el ecumenismo de la vida en un "ecumenismo de santidad". El
decreto conciliar Unitatis Redintegratio subraya que la santidad
de la vida es la mejor garantía de la unidad de los cristianos: cuanto
más se acercan los cristianos a Dios, más se acercan el uno al otro
(UR7). Es obvio que la difícil situación de los cristianos en Oriente
Medio sea para ellos una llamada a la santidad y, por lo tanto, una
prenda de unidad. En su Carta a los cristianos de Oriente Medio,
el Santo Padre señalaba esta llamada ecuménica a la santidad para los
cristianos en todas las Iglesias de Oriente Medio: "La situación en que
vivís es una fuerte llamada a la santidad de vida, como así lo han
atestiguado los santos y mártires de diversa pertenencia eclesial.”
Cuando las dificultades se vuelven sufrimiento, este ecumenismo de
santidad se convierte en ecumenismo de la sangre. Desde el comienzo de
su pontificado, el Papa Francisco ha hecho de este argumento uno de sus
principales temas ecuménicos. Entre las diversas afirmaciones, recuerdo
sus palabras en el Santo Sepulcro de Jerusalén: " Cuando cristianos de
diversas confesiones sufren juntos, unos al lado de los otros, y se
prestan los unos a los otros ayuda con caridad fraterna, se realiza el
ecumenismo del sufrimiento, se realiza el ecumenismo de sangre,
(...).Aquellos que matan, que persiguen a los cristianos por odio a la
fe, no les preguntan si son ortodoxos o si son católicos: son
cristianos. La sangre cristiana es la misma" (25 de mayo de 2014).
La situación en que viven los cristianos de Oriente Medio es un
incentivo ecuménico no solo para ellos, sino también para los cristianos
de todo el mundo. Por eso, las diferentes declaraciones conjuntas
firmadas por el Papa y otros líderes de la Iglesia a menudo se han
centrado en la preocupación común por los cristianos de Oriente Medio,
como por ejemplo, las declaraciones conjuntas con el Patriarca Bartolomé
en Jerusalén (25 de mayo de 2014) y Estambul ( 30 de noviembre de,
2014), con el Patriarca armenio Karekin en Echmiadzin (26 de junio de
2016), con el Papa Tawadros en El Cairo (28 de abril, 2017), con el
Patriarca Kiryl en La Habana (12 de febrero, 2016). La difícil situación
de los cristianos en Oriente Medio promueve así un acercamiento
ecuménico a nivel universal. También en este sentido, los sufrimientos
de estos hermanos y hermanas en la fe no habrán sido en vano.
Después de estas observaciones ecuménicas, me gustaría terminar
recordando algunos de los principios de la Iglesia Católica con respecto
a los cristianos en Oriente Medio.
La primera de estas convicciones, muy simple, es la siguiente: los
cristianos permanecerán en la región solo si se restablece la paz. Esta
es la razón por la cual, desde el comienzo de la crisis, la Iglesia
Católica ha pedido incansablemente el restablecimiento de la paz, sobre
todo mediante la búsqueda de una solución política. Esta llamada también
tomó la forma de la oración y del ayuno. En particular, me gustaría
mencionar la organización en toda la Iglesia Católica, por iniciativa
del Papa Francisco, de una jornada de oración y ayuno por la paz en
Siria y Oriente Medio, el 7 de septiembre de 2013.
Un segundo principio es que no es posible imaginar un Oriente Medio
sin cristianos: no solo por razones religiosas, sino también por
razones políticas y sociales, porque los cristianos son un elemento
esencial del equilibrio de la región. Como señalaba el Papa Benedicto
XVI en su Exhortación Apostólica sobre Oriente Medio: " Un
Oriente Medio con pocos o sin cristianos ya no es Oriente Medio, pues
los cristianos participan con otros creyentes en la identidad tan
singular de la región. " (31).
Un tercer principio es la necesidad de proteger los derechos de cada
persona y de cada minoría. La primacía del derecho, incluido el respeto
de la libertad religiosa y la igualdad ante la ley, basado en el
principio de la ciudadanía independientemente del origen étnico o de la
religión, ha sido enfatizada reiteradamente por la Iglesia Católica como
un principio fundamental para la realización y el mantenimiento de una
coexistencia pacífica y fructífera entre las diversas comunidades de
Oriente Medio. El Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro
Parolin, recordó con precisión: "Los cristianos no quieren ser una
'minoría protegida' y benévolamente tolerada. Quieren ser ciudadanos
cuyos derechos sean defendidos y garantizados junto con todos los demás
ciudadanos Return to the roots. Conference on the Nineveh Reconstruction Hel, 27 de septiembre de 2017, Roma).
Una cuarta convicción fundamental es la urgente necesidad de
continuar el diálogo interreligioso, sobre el que el Papa Francisco
insiste particularmente en su Carta a los cristianos de Oriente Medio: "
El diálogo interreligioso es tanto más necesario cuanto más difícil es
la situación. No hay otro camino. El diálogo basado en una actitud de
apertura, en la verdad y el amor, es también el mejor antídoto contra la
tentación del fundamentalismo religioso, que es una amenaza para los
creyentes de todas las religiones".
Sobre estas pocas convicciones, y muchas otras, esperamos reflexionar y orar durante el encuentro de Bari.