La
homilía fue pronunciada por el Padre Raniero Cantalamessa, predicador
de la Casa Pontificia. Después de citar las fuentes bíblicas, desde el
Genésis al Libro de los Salmos, que describen la relación del ser humano
con el mundo creado por Dios, el Padre Cantalamessa se centró en la
figura de San Francisdo de Asís y en su ''Cántico de las criaturas'',
que el Papa ha elegido como marco de su encíclica ''Laudato Si''.
''Las
palabras del santo que define hermoso, el sol, hermoso el hermano
fuego, claras y bellas las estrellas, son el eco de aquel "Y Dios vio
que todo era bello", del relato de la creación -afirmó- El pecado
fundamental contra lo creado,que precede a todos los demás, es no es
escuchar su voz, condenarlo irremediablemente, como dice San Pablo a a
la vanidad, a la insignificancia... Francisco nos muestra el camino
hacia un cambio radical en nuestra relación con la creación: consiste en
reemplazar la posesión con la contemplación. Él descubrió una manera
diferente de disfrutar de las cosas que es la contemplar, en lugar de
ser dueño de ellas''.
''Ciertamente
-añadió- Francisco no tenía la visión global y planetaria del problema
ecológico, sino una visión local, inmediata. Pensaba en lo que él podía
hacer y en lo que eventualmente podían hacer sus frailes. Una vez más,
sin embargo, nos enseña algo. Un lema ahora muy de moda dice: "Piensa
globalmente, actúa localmente" . ¿Qué sentido tiene, por ejemplo,
enfadarse con los los que contaminan la atmósfera, los océanos y los
bosques, si yo no dudo en lanzar la orilla de un río o del mar, una
bolsa de plástico que permanecerá allí durante siglos, si alguien no la
recupera, si tiro en cualquier lugar, en la calle o en el bosque, las
cosas de las que me quiero librar, o embadurno las paredes de mi
ciudad?''.
''La
salvaguardia de la creación, como la paz -finalizó- se hace, como diría
nuestro Santo Padre FRANCISCO, "artesanalmente", empezando
inmediatamente por uno mismo. La paz comienza contigo, como a menudo se
repite en los mensajes para el Día Mundial de la Paz; también la
salvaguardia de la creación comienza contigo. Era lo que un
representante ortodoxo afirmaba ya en Asamblea ecuménica de Basilea en
1989, sobre "Justicia, paz y salvaguardia de la creación": "Sin un
cambio en el corazón humano, la ecología no tiene esperanzas de éxito''.