PANAMÁ (Agencia Fides, 25/11/2017) - Un estudio reciente del Instituto Nacional de
Estadística y Censo de la República de Panamá reveló que en agosto de
2016 había 23,855 niños, niñas y adolescentes trabajadores. "En
comparación con el 2014 y 2015, hubo una disminución, de hecho, 26,710
trabajadores", dijo el oficial ejecutivo de la Casa Esperanza, ONG
establecida con el objetivo de ofrecer oportunidades de desarrollo a los
niños que viven en la pobreza , especialmente aquellos que aportan
ingresos a las familias.
"A pesar de estos resultados positivos, todavía hay muchos pequeños
fabricantes de café en algunas áreas del distrito de Renacimiento,
Chiriquí, entre otros. Además, la provincia de Veraguas es el principal
exportador nacional de trabajo infantil a la capital. Sin embargo, estos
datos no se pueden verificar porque no hay quejas y no podemos
intervenir. Es por eso que hemos pedido la intervención del Ministerio
de Trabajo y Desarrollo", agregó.
"Es necesario tomar medidas inmediatas para eliminar el fenómeno y hacer
planes para el futuro de estos niños. A través del Consejo de
Concertación Nacional, se abordaron temas como la pobreza, el
crecimiento y la institucionalización, con propuestas para que el
gobierno supere los planes de trabajo".
Cada año, Casa Esperanza logra canjear entre 1,000 y 1,500 trabajadores y
ofrece servicios educativos a más de 7,000 beneficiarios.
Respecto al fenómeno, también habló el Arzobispo de Panamá Mons. José
Domingo Ulloa, agustino, O.S.A.
Con motivo de la reunión con los obispos católicos de la Conferencia
Episcopal de los Estados Unidos, reunidos en el centenario de su
creación, el lunes 13 de noviembre en Baltimore, Mons. Ulloa dijo:
"Todos somos testigos de la vulnerabilidad de los jóvenes en nuestro
país. Muchos jóvenes son víctimas de la exclusión de la pobreza, el
tráfico de drogas, las bandas criminales, el tráfico de seres humanos,
en resumen, carecen del amor de la misma sociedad e incluso de sus
propios padres".