Dhaka, BANGLADESH (Agencia Fides, 25/11/2017) - “La visita del Santo Padre es una ocasión para 
mostrar la riqueza de Bangladesh al mundo, donde comunidades de 
diferentes confesiones religiosas y tradiciones sociales y culturales 
consiguen vivir juntas”. Así lo afirma en una entrevista con la Agenda 
de Fides el p. Kamal Corraya, designado por los obispos como responsable
 del Comité para los Medios establecido para la visita del Papa 
Bergoglio, que llegará a la capital, Dhaka, el jueves 30 de noviembre 
por la tarde después de su viaje a Myanmar. Originario de la ciudad de 
Gazipur, donde la presencia de católicos es particularmente 
significativa, el p. Corraya se encuentra en la estructura que alberga 
la Iglesia del Santo Rosario de Dhaka, “la primera catedral establecida 
en Bangladesh”, un edificio que data de 1677, restaurado varias veces, 
que también alberga las lápidas de los misioneros portugueses. El sábado
 2 de diciembre, después de visitar la Casa de la Madre Teresa de 
Tejgon,
contigua a esta catedral, el Papa Bergoglio se reunirá con “unos dos mil
 sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y novicios” antes de 
visitar el cementerio parroquial y de su reunión con los jóvenes del 
Collegio Notre Dame. “En el Colegio habrá unos diez mil estudiantes de 
todos los rincones del país, de todas las culturas y religiones. Esta es
 la riqueza de Bangladesh - observa el sacerdote - su diversidad, su 
capacidad de poder convivir a pesar de las dificultades”.
“El Santo Padre, con su mensaje de paz y armonía, nos ayudará a 
familiarizarnos mejor con la rica herencia cultural de nuestro país, de 
la cual estamos orgullosos, pero que a menudo se ve ofuscada por los 
estereotipos sobre la pobreza, el extremismo y los desastres 
ambientales”, nos explica el p. Corraya mientras que algunos 
trabajadores terminan unos arreglos en el suelo y otros se encargan de 
las jardineras. “Estas son obras que hacemos para darle la bienvenida de
 la mejor manera. La Iglesia financia solo una parte, y el resto 
proviene de donaciones privadas. Entro los que nos ayudan hay muchos 
musulmanes: en la comunidad islámica, muchos reconocen el papel de la 
Iglesia, especialmente en el campo de la educación. Y son aún más 
aquellos que aprecian el mensaje del Papa”. En Bangladesh, los católicos
 representan una pequeña minoría: hay alrededor de 370,000 según 
estimaciones del gobierno, entre una población de casi 170 millones de 
personas.
“El Santo Padre comenzó a ser más conocido y apreciado después de la 
masacre en Rana Plaza”, el edificio que albergaba a las empresas 
textiles y que colapsó en 2013, causando la muerte de más de mil 
personas. En esa ocasión, recuerda el p. Corraya, “el Papa Francisco 
condenó a los que explotan a los 'nuevos esclavos', refiriéndose a los 
trabajadores, y esto impresionó mucho a la gente, que lo ha sentido como
 alguien cercano”. Incluso en un país de mayoría islámica, hay 
consonancia entre las palabras del Papa y los sentimientos de la 
población: “El mensaje del Papa es un mensaje accesible para todos. 
Sencillo pero fuerte. Nosotros los bengalíes somos así. Sencillos, 
pobres, pero fuertes. Porque sabemos cómo regocijarnos con lo poco que 
tenemos. Es una felicidad a menudo incomprensible para aquellos que 
vienen de países ricos. Pero existe, es nuestra. Y con la visita del 
Papa Francisco podremos consolidarla y darla a conocer al mundo”.
 
