Puerto Maldonado, PERÚ (Agencia Fides, 21/11/2017) – Para dar un futuro a los chicos y 
jovenes de las poblaciones indígenas en esta región, es necesario “un 
mayor apoyo en el ámbito de lo social, una voluntad política fuerte, la 
convicción ética sobre el valor de la vida, la búsqueda del equilibrio 
entre la actividad humana y el respeto de su biodiversidad”:son algunas 
de las soluciones propuestas por el Padre Xavier Arbex, que podrían 
contribuir a cambiar la situación en Puerto Maldonado, la ciudad que 
visitará el Papa Francisco el próximo 19 de enero de 2018, en el marco 
de su viaje a Perú en el que se reunirá con los pueblos indígenas que 
están dentro de las regiones de Madre de Dios, Ucayali y Cusco. Y en el 
que también dedicará un momento para visitar el albergue “El 
Principito”, fundado por el padre Abex en 1996.
El padre Xavier Arbex, quien nació en Suiza hace 75 años, y es fundador 
de la Asociación de Protección del Niño y Adolescente (APRONIA) que 
cuenta con dos hogares de acogida para 50 niños y adolescentes en 
dificultad, además de ser párroco de la parroquia de San Vicente, en una
 conversación con la Agencia Fides ha explicado cual es la situación que
 se vive en Puerto Maldonado. Los menores albergados en los dos 
albergues de la Asociación Apronia provienen de situaciones de orfandad,
 abandono o peligro para su integridad física o moral debido a violencia
 familiar o acoso de todo tipo. “Tratamos de proporcionar estudios 
superiores para algunos de ellos -dice el padre Abex-. Todos van a 
centros de estudios de la ciudad. ¡Intentamos que sus vidas sean 
comparables a la de una familia con muchos hijos!” explica el fundador 
refiriéndose a la labor que se realiza en los albergues.
Hablando de sus primeros momentos, cuando llego a Perú el p. Abex 
explica a la Agencia Fides: “Me lo imaginaba pobre pero no tan 
desorganizado y violento. En en el Altiplano, en Macusani, Puno no me 
acostumbraba al frío ni al mundo Quetchua por no conocer bien sus 
costumbres y su idioma. También era muy duro en la zona minera de 
Mazuko-Huaypethue.No había servicio público de ningún tipo, ni 
carreteras y las comunicaciones eran muy difíciles”.
Madre de Dios es una de las zonas más violentas del país, con grandes 
problemas como el de la minería, es la segunda región con la tasa más 
alta de homicidios del país, en donde la violencia familiar, 
psicológica, física y sexual contra los menores es algo que por 
desgracia suele producirse con frecuencia. “Además de todo esto, se está
 destruyendo el ciclo vital del agua, debido a la minería incontrolada –
 continúa explicando el p. Xavier - por eso nuestra Iglesia católica, a 
través de su Comisión de Pastoral Social y DDHH siente como un deber 
profético lanzar un gran grito de alarma”. 
Según el padre Xavier se podrían contribuir a cambiar la situación a 
través de “un mayor apoyo en el ámbito de lo social, se necesita de una 
voluntad política fuerte y de una convicción ética sobre el valor de la 
vida de la población; que se respete la Zonificación Ecológica 
Económica”, (proceso que sirve para identificar las diferentes 
alternativas de uso sostenible del territorio, tomando como base la 
evaluación de sus potencialidades y limitaciones desde el punto de vista
 físico, biológico, social, económico y cultural) .y “que se trabaje por
 llegar a un equilibrio entre la actividad humana y el respeto de su 
biodiversidad” afirma el p. Abex que en sus más de cuarenta años de 
trabajo en la región no ha perdido la esperanza en que la situación 
pueda mejorar, una esperanza que se alimenta de una profunda experiencia
 espiritual y de la cercanía a las personas y la comunidad en la que 
ejerce su labor pastoral. 
 
