Lahore, PAKISTÁN (Agencia Fides, 21/11/2017) - “Dos vidas inocentes han sido eliminadas por el
 fanatismo presente en nuestra sociedad; el horror de ese día 
permanecerá en nuestros corazones y mentes en los años venideros. No 
quemaron solo a dos preciosas vidas en aquel horno: quemaron la 
humanidad, las enseñanzas del Islam y el Pakistán de Ali Jinnah y 
ninguna compensación monetaria podrá expiar actos de violencia así de 
extremos”: lo dice a la Agencia Fides Michelle Chaudhry, laica católica 
de Lahore, presidente de la “Cecil & Iris Chaudhry Foundation" 
(CICF), Fundación que se ocupa de la educación y del cuidado de los tres
 niños huérfanos de Shama y Shahzad Masih, los dos esposos (ella 
católica, él cristiano protestante) torturados y quemados vivos en un 
horno de hacer ladrillos en Kot Radha Kishan el 4 de noviembre de 2014: 
ambos fueron linchados por una turba de musulmanes que los acusaban de 
blasfemia. Aquel episodio generó una oleada de horror no sólo en
Pakistán, sino en el mundo entero.
Shama y Shahzad dejaron tres niños muy pequeños, aterrorizados y 
confusos. El hijo mayor, Suleiman, asistió al asesinato bárbaro de sus 
padres. Desde entonces, la Fundación se está ocupando de educar a los 
tres niños, escribiéndoles en la escuela y haciéndose cargo de todos los
 gastos: matricula escolar, clases privadas, libros, uniformes, 
material, y demás gastos como viajes, comida, cuidados médicos. La 
Fundación garantiza también una contribución económica mensual al abuelo
 (con el que viven los niños) para cualquier necesidad escolar 
cotidiana.
Michelle Chaudhry revela a la Agencia Fides: “Tres años después de su 
muerte, nos da una inmensa alegría y gratificación espiritual ver a 
estos niños felices, tranquilos y que están haciendo tanto bien. Estamos
 felices de vernos involucrados activamente en sus vidas y verles crecer
 a nivel personal y educativo. Gracias al amor y a la atención recibida,
 ahora están bien adaptados a la escuela. Participan activamente en las 
actividades educativas y extracurriculares”.
Chaudhry nos explica: “Es responsabilidad del gobierno garantizar la 
seguridad y la protección de todos los ciudadanos, independientemente de
 su fe, etnia o cultura. Hoy queremos pedir al gobierno de Pakistán que 
haga precisamente esto, tal como lo estipula la Constitución de 
Pakistán”.
La Fundación da las gracias a todos aquellos que la ayudan y, como 
organización de inspiración católica independiente y sin fines de lucro,
 continúa comprometida con la erradicación de la injusticia de la 
sociedad pakistaní, defendiendo a los grupos desfavorecidos, vulnerables
 y marginados dentro de la nación. 
 
