Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 22/11/2017) - 56 personas han sido asesinadas durante las
manifestaciones públicas y las reuniones en la República Democrática del
Congo entre abril y octubre de este año. Lo denuncia el informe
“Monitoreo de las manifestaciones y de las reuniones públicas”,
elaborado por 200 observadores encargados por la Conferencia Episcopal
Nacional del Congo (CENCO).
"Manifestaciones y reuniones públicas organizadas por la oposición
política, por las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos
cívicos que no son parte del gobierno han sido sofocadas, prevenidas,
prohibidas y dispersadas por la policía con el uso de gases
lacrimógenos, y con balas reales. El resultado ha sido al menos 56
personas fallecidas, de las cuales 52 por los disparos con balas, una
por el gas lacrimógeno", ha decalrado Donshen Nshole, Secretario General
de CENCO, el 20 de noviembre en Kinshasa, presentando el informe a los
políticos y al clero.
La CENCO denuncia una violación de los derechos humanos en un país que
aún está en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. “Hay
una ambigüedad en la ley sobre la organización de manifestaciones
públicas y reuniones, porque las organizadas por los interlocutores del
gobierno siempre han sido pacíficas”, agrega el secretario general de la
CENCO.
Durante el mismo período, se registraron 355 detenciones de
manifestantes y organizadores, y varios actos de vandalismo: una
subestación de policía fue incendiada, una tienda propiedad de un
ciudadano chino saqueada, 4 jeeps de la policía quemados y 3 policías
asesinados por manifestantes.
Lambert Mende, ministro de comunicación y medios, además de portavoz del
gobierno, ha reaccionado estigmatizando la falta de identidad de las
víctimas porque, según él, las cifras por sí solas no ayudan al gobierno
a emprender ninguna investigación. Mende acusa a la CENCO de participar
en una “Política de descrédito”.
Sin embargo, las violaciones citadas por la CENCO son bien conocidas. El
15 de noviembre, la policía arrestó a Binja Happy Yalala, una niña de
15 años, en una manifestación pacífica en Idjwi, en el este del país. La
semana pasada, las Naciones Unidas y varios estados, incluidos Canadá y
Suiza, instaron a las autoridades congoleñas a respetar las libertades
fundamentales, tal como lo prevé la Constitución congoleña, incluida la
libertad de reunión y manifestación.