Jerusalén, TIERRA SANTA (Agencia Fides19/10/2015) – La construcción de un muro de separación
entre los barrios árabes y judíos de Jerusalén “nos entristece y
desfigura el rostro de la Ciudad Santa. Si continúa esta política de
separación, cada persona se desplazará a Jerusalén llevando consigo su
propio muso, su barrera que lo separa de los demás”. Con estas
palabras, el patriarca de Jerusalén de los latinos, Fouad Twal, hace su
juicio sobre el muro de hormigón construido por la policía israelí en el
barrio árabe de Jabal Mukkaber y el asentamiento judío de Armon
Hanatziv.
Las autoridades israelíes han justificado la construcción de esta nueva
barrera con la intención de evitar el lanzamiento de piedras y cócteles
molotov por parte de los palestinos.
“Realmente es algo fuera de este
mundo, y forma parte de la política de dividir la santa ciudad, y hacer
que sea difícil incluso el acceder a los Lugares Santos. Hubo un tiempo
en que las autoridades israelíes repetían la consigna de que Jerusalén
es la Ciudad Santa unida e indivisible. Ahora se ponen incluso a
construir nuevos muros... Obviamente todo puede ser sacrificado y
contradicho, cuando conviene a las propias estrategias políticas”, ha
continuado diciendo el Patriarca de Jerusalén de los Latinos.
Desde principios de octubre, el nuevo ciclo de violencia que ha
estallado en Tierra Santa ha provocado la muerte de al menos 43
palestinos y de unos siete israelíes. “En un país democrático – ha
subrayado el Patriarca Twal - cualquier acto criminal se puede castigar
por la ley, y cuando el juez dicta la sentencia todos aceptan. Ahora
todos los civiles en Israel tiene luz verde para disparar. Hay
ejecuciones extrajudiciales y linchamientos. Y el uso desproporcionado
de la fuerza siempre es un signo de debilidad. Mientras que lo que hace
falta es tener nervios de acero y una mente clara para reconocer y
eliminar las causas de esta nueva ola de violencia, y defender juntos el
perfil de Jerusalén como una ciudad de paz, por el bien de todos”.