Karthoum, SUDÁN DEL SUR (Agencia Fides, 15/11/2017) – La violencia en los campos para desplazados
de Darfur del Sur no se detiene. Según fuentes locales hace unos días se
produjo el homicidio de algunos estudiantes del campamento de Gireida.
Los chicos, se lee en una nota enviada a la Agencia Fides por algunos
agentes humanitarios que trabajan en el lugar, estaban recogiendo
material de construcción en la zona de Abola, al este de Gireida, para
la reconstrucción de todas las casas que habían sido quemadas unos días
antes. Además, en dos episodios separados, unos hombres armados han
atacado un grupo de agricultores. Los agresores abrieron fuego hiriendo a
los agricultores que fueron llevados a un hospital de Nyala.
Contemporáneamente se provocó un incendio en el campo de Gireida donde
se quemaron 25 casas y gran cantidad de cultivos.
Según la información de la Agencia Fides, en la misma zona, unos
pastores armados han abierto fuego contra un grupo de agricultores con
la intención de asustar a los rebaños que los granjeros estaban tratando
de conducir a sus granjas. El ganado, asustado, ha destruido grandes
áreas de cultivo. Las zonas más afectadas han sido Sennar, Banaya, Ous y
Joghana. La policía local ha sido informada de inmediato pero sin
resultados.
Otro grupo de hombres armados han atacado a los agricultores en Gireida.
Según lo referido por un activista de la zona, se trataba de pastores
que llevaban uniformes militares. También se han producido ataques y
violencia contra los desplazados, sobre todo contra las mujeres, en el
West Darfur, que han sido ingresadas en el hospital de Abu Suruj.
“La situación en todo Sudán está empeorando mientras se registran nuevos
picos de violencia y continúan verificándose actos de represión contra
los cristianos y los opositores, en particular grupos de estudiantes
universitarios que continúan la movilización contra el régimen de Omar
al Bashir”, es cuanto emerge del Informe 2016-2017 “Sudan, Darfur, Sudán
del Sur”, realizado por la ong “Italians for Darfur” para documentar
las violaciones de los derechos humanos en Sudán y en Sudán del Sur.
Según el Informe, consultado por la Agencia Fides, “la crisis
humanitaria en Darfur, que ha entrado en su catorceavo año, continúa
siendo una de las más amplias y graves del mundo”. Estos son los
números, citados en el documento, sobre el estado de la crisis en
Darfur: 2,5 millones de personas viven en campamentos de refugiados por
toda la región; 4,6 millones necesitan ayuda humanitaria o asistencia;
4,4 millones de niños por debajo de los 5 años de edad sufren
por malnutrición grave; 250 mil civiles han huido de la zona de los
montes Jebel Marra solo en el 2016; 300 mil desplazados han llegado
desde Sudán del Sur. “Las condiciones de vida en los campamentos de
refugiados – revela el Informe – siempre están al límite de la
supervivencia. El sector de la salud es el que registra la mayor
criticidad y es considerado 'crónico' por los agentes humanitarios de la
zona que siguen trabajando en un contexto muy difícil. La
escolarización todavía es muy baja. Solo el 65% de la población tiene la
educación garantizada en edad escolar y acceso a estructuras de
educación primaria. La protección y la seguridad continúan siendo
completamente insuficientes. No sólo perduran los conflictos armados que
ven involucrados a civiles en las aldeas del Norte de Darfur, sino que
además han sido denunciados muchos ataques con armas poco
convencionales”.
La situación de inestabilidad causada por la violencia provoca retrasos
en las ayudas alimentarias para la población. La Integrated Food
Security Phase Classification (IPC), manifiesta como en el curso de la
próxima estación la emergencia alimenticia será aún más grave que en los
años pasados. El Informe contiene nuevas pruebas, que documentan el uso
de armas químicas en Darfur. La crisis continúa siendo muy grave en
toda la región, concluye el texto.