Jartum, SUDÁN(Agencia Fides, 12/03/2018) - En Sudán la asistencia sanitaria se paga y en
todos los hospitales públicos de Jartum, capital de Sudán, hay que pagar
por todo: visita a emergencias, medicamentos, gotas, jeringas y vendas;
se pagan los exámenes, la admisión y, una vez que está hospitalizado,
no se tiene derecho a los medicamentos necesarios, ni siquiera a
alimentos y agua. Para muchas mujeres es incluso peor y son muchas de
diferentes culturas y realidades sociales las que se han asentado en las
afueras de los pueblos, especialmente en Jartum y Omdurman, a menudo
para escapar de las condiciones insoportables en sus países de origen,
principalmente el Chad, Sudán del Sur y Darfur.
Según las estimaciones, en los países vecinos hay unos 2 millones de
desplazados internos y más de 706.000 en los países limítrofes. Es uno
de los lugares con la mayor tasa de mortalidad materna e infantil en el
mundo. La mayoría no tiene trabajo e incluso aquellos que lo encuentran
generalmente están mal pagados. En muchas comunidades, la tradición del
parto en el hogar es todavía muy persistente, al igual que la
desconfianza en la medicina y la atención brindada en las instalaciones
médicas. Además, las clínicas suelen estar muy lejos y son difíciles de
alcanzar debido al mal estado de las carreteras y al alto coste del
transporte.Para hacer frente a esta emergencia, las Hermanas Combonianas
trabajan en la maternidad de Santa María, inaugurada en Jartum en 1954,
con un proyecto específico para ayudar a las mujeres embarazadas.
“Independientemente de sus creencias religiosas, hay muchas mujeres que
llenan el ambulatorio de Santa María para realizarse exámenes
médicos y pruebas clínicas en preparación de preparación al parto”,
explica en un comunicado enviado a la Agencia Fides la directora del
proyecto, la hermana Elizabet Ibarra Robles .
WEn el área prenatal de la clínica”, indica sor Elizabet, “recibimos a
mujeres necesitadas desde el cuarto mes de embarazo. Vienen para una
primera visita, para pruebas de laboratorio y para ecografías antes del
parto. Varias veces nos encontramos con situaciones en riesgo e
intervenimos. La administración del hospital cubre los gastos gracias a
la ayuda de los donantes. Muchas veces los recién nacidos necesitan
cuidados específicos y permanecen bajo observación. Incluso estos
gastos, que pueden ser una carga para la familia, se reducen al mínimo o
el servicio médico se ofrece gratuitamente para atender a estas
personas desfavorecidas”.
“Entre los objetivos de nuestro centro nos proponemos ofrecer asistencia
a las madres durante su embarazo y en el período posterior al parto;
ayudar a las familias pobres a cubrir los gastos médicos; y apoyar a las
familias en los primeros meses de vida de los no nacidos”, concluye la
Comboniana. Actualmente hay unas 100 madres que están siendo acompañadas
durante la gestación y después del parto.