Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 12/06/2018) - “Se instrumentaliza la religión para sembrar el
odio entre la población y dividir el país”, denuncian en dos documentos
diferentes pero coincidentes los obispos católicos y los imanes de la
República Centroafricana. “Llamamos la atención de los ciudadanos de
República Centroafricana sobre la venganza ciega que podría conducirnos
al genocidio y denunciamos un plan oculto para dividirnos. Los
centroafricanos deben saber que quieren tomarnos como rehenes y
explotarnos con fines maquiavélicos. Deben estar alerta para evitar
cualquier manipulación”, escriben los obispos en su carta titulada
“¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo?”.
“Los actos de violencia que se suceden desde hace tiempo en República
Centroafricana tienen como objetivo convertir la crisis política en una
crisis confesional”, destacan por su parte los líderes islámicos en el
documento “Paz, nada más que paz”. Los líderes musulmanes católicos,
evangélicos y centroafricanos, al condenar la violencia “se hicieron un
solo hombre para reconocer la naturaleza secular de nuestro país y la
libertad de culto garantizada por la Constitución con el fin de bloquear
el camino para aquellos que quieren transformar la crisis política en
una crisis entre comunidad o confesiones”, aseguran los Imames.
Los actos de violencia han afectado a lugares de culto musulmanes y
cristianos, con el asesinato de imanes, pastores y sacerdotes.
Recordamos el asesinato del padre Joseph Désiré Angbabata en Séko en
marzo y del padre Albert Toungoumale-Baba el 1 de
mayo en el ataque a la parroquia Notre-Dame de Fátima en Bangui, en el
que murieron otros 25 personas. Los obispos piden
al gobierno que explique la presencia rusa en República Centroafricana
(Moscú envió instructores, mercenarios y armas en apoyo de las fuerzas
armadas locales) y que elabore “un balance fiable sobre el número de
víctimas directas e indirectas del conflicto”.
Finalmente, los pastores de la Iglesia Católica en el país recomiendan
que el gobierno y la MINUSCA (Misión de la ONU en África Central)
coordinen sus esfuerzos para proteger a la población, detener la
violencia y poner fin a la impunidad de los diversos grupos armados que
dominan el país.