El documento trata el tema de la pastoral de las comunidades
parroquiales, de los diferentes ministerios clericales y laicos, con el
signo de una mayor corresponsabilidad de todos los bautizados. El texto
recuerda, fundamentalment, que "en la Iglesia hay lugar para todos y
cada uno puede encontrar su lugar" en la única familia de Dios,
respetando la vocación de cada uno.
El Dicasterio para el Clero, a petición de diversos obispos, ha sentido la necesidad de elaborar un instrumento canónico-pastoral relativo a los diversos proyectos de reforma de las comunidades parroquiales y de reestructuración diocesana, ya en curso o en fase de planificación, con el relativo tema de la unidad y de las zonas pastorales. El documento, pues, se propone ponerse al servicio de algunas opciones pastorales, ya iniciadas hace tiempo por los pastores y "experimentadas" por el pueblo de Dios, para contribuir a su evaluación y a la adecuación del derecho particular con el derecho universal.
En esta perspectiva se destaca el papel del párroco como "pastor propio" de la comunidad, pero también se valoriza y resalta el servicio pastoral relacionado con la presencia en las comunidades de diáconos, consagrados y laicos, llamados a participar activamente, según su vocación y ministerio, en la única misión evangelizadora de la Iglesia.
El Dicasterio para el Clero, a petición de diversos obispos, ha sentido la necesidad de elaborar un instrumento canónico-pastoral relativo a los diversos proyectos de reforma de las comunidades parroquiales y de reestructuración diocesana, ya en curso o en fase de planificación, con el relativo tema de la unidad y de las zonas pastorales. El documento, pues, se propone ponerse al servicio de algunas opciones pastorales, ya iniciadas hace tiempo por los pastores y "experimentadas" por el pueblo de Dios, para contribuir a su evaluación y a la adecuación del derecho particular con el derecho universal.
En esta perspectiva se destaca el papel del párroco como "pastor propio" de la comunidad, pero también se valoriza y resalta el servicio pastoral relacionado con la presencia en las comunidades de diáconos, consagrados y laicos, llamados a participar activamente, según su vocación y ministerio, en la única misión evangelizadora de la Iglesia.