Kalaw, MYANMAR (Agencia Fides, 21/07/2020) – “Los dormitorios de nuestra escuela albergan
también a jóvenes budistas o musulmanes. Por lo demás, el mensaje de
nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, es abrirse a los demás en paz”.
Lo explica a la Agencia Fides el padre Lucas Maung Hla, desde hace tres
meses sacerdote de la Iglesia de Cristo Rey en Kalaw, en la
archidiócesis de Taunggyi, en el centro de Myanmar, antigua estación
termal de la época colonial elegida por los británicos por el clima
templado y fresco, gracias a sus 1300 metros de altitud.
Como vicepárroco el padre Lucas Maung Hla - sacerdote birmano que siguió
sus estudios en el seminario de Loikaw, de donde proviene la mayoría de
los sacerdotes locales - comenzó a prestar servicio apostólico en Kalaw
tras el fallecimiento del padre Paul Paw, párroco durante muchos años
en Kalaw, apreciado por haber iniciado un orfanato y un centro de
acogida para niños anexo a la parroquia, en el territorio de la Arquidiócesis de Taunggyi, capital del estado birmano de Shan.
La iglesia de Cristo Rey es una construcción de los años Treinta que se
debe al padre Angelo Di Meo (Trivigliano 1907- Kalaw 2000) misionero
italiano del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (PIME), llegado
en 1931 a Kalaw y muerto después de 69 años de misión en Myanmar,
dejando en el territorio una extraordinaria herencia de fe y caridad.
Cada domingo la iglesia de Cristo Rey acoge a unos 400 fieles de más de
treinta familias esparcidas por las aldeas alrededor de Kalaw, pero en
los días laborables toda la zona alrededor del templo es teatro de
juegos de niños que, en el período escolar, pueden utilizar un
dormitorio tanto para asistir a la escuela administrada por el p. Lucas
como para poder seguir los cursos de otros institutos en la ciudad.
“Ahora tenemos una quincena. Son chicos que viven lejos y algunos tienen
solo a uno de sus padres. Pueden dormir y comer aquí y asistir a
nuestra escuela que ahora cuenta con 25 estudiantes”. Gestionar la
estructura no siempre es fácil “pero algunos donantes, instrumento de la
Providencia de Dios, nos permiten continuar esta obra”, dice el padre
Lucas.
La Iglesia de Cristo Rey no es ciertamente la única realidad religiosa
de Kalaw en una ciudad donde la mayoría de los habitantes son budistas,
como en el resto del país. Pero Kalaw, a 50 kilómetros del famoso sitio
turístico del lago Inle, tiene una particularidad: la presencia de
comunidades de diferentes credos - musulmanes suníes y chiíes, hindúes,
católicos, protestantes, budistas - que viven en total armonía. “Cuando
tenemos nuestras fiestas religiosas - explica a Fides Shankar, miembro
de una importante familia india que llegó con los británicos en el siglo
XIX para construir el ferrocarril - nos invitamos unos a otros. Y, cada
vez, la comunidad que invita prepara la comida para los invitados de
acuerdo con las normas alimenticias de la comunidad anfitriona”. Lo
confirma Paolo Felice, agrónomo italiano que se ha trasladado a Kalaw
desde hace varios años, diciendo a su vez que “Aquí la gente vive en
armonía y se puede encontrar un templo sikh, la iglesia
católica y la bautista y por supuesto la pagoda budista, todas unidas
por el respeto, la armonía y la solidaridad”.
La mezquita de Kalaw está a unos cien metros de la pagoda de Aung Chan
Tha Zedi, famosa por sus pequeños mosaicos de cristal. Los musulmanes
dirigen varias actividades comerciales junto a la mezquita, que ahora
está cerrada, como todos los templos de la ciudad, debido a las
restricciones vinculadas al Covid-19. También a la Iglesia de Cristo
Rey, círculos rojos marcan la distancia física que hay que tener para
quien visita las estructuras eclesiales. La experiencia de convivencia
interreligiosa en Kalaw, aunque es una excepción por la cantidad de
credos religiosos, no es el único ejemplo en Myanamar: en la nación
están diseminados lugares, pueblos y territorios que son un crisol de
comunidades religiosas que, como en Kalaw, conviven en perfecta armonía.