El Cairo, EGIPTO (Agencia Fides, 28/07/2020) - El miércoles 29 de julio tendrá lugar en el
Monasterio de San Macario, las conmemoraciones en recuerdo de Anba
Epiphanios, el obispo copto ortodoxo asesinado hace dos años, el 29 de
julio de 2018, precisamente en ese monasterio, del que era abad. En las
celebraciones litúrgicas en memoria de Anba Epiphanios participarán sólo
algunos obispos y los monjes de San Macario: un número restringido de
personas, en el respeto de las normas impuestas por las autoridades para
contrarrestar la difusión de la pandemia por coronavirus (y que han
implicado la suspensión de las celebraciones litúrgicas con
participación de fieles en todas las iglesias del país, hasta el próximo
3 de agosto). Pero en este caso, la privacidad que rodea la
conmemoración parece apropiada para hacer memoria de un acontecimiento
doloroso, que ha conmocionado a tantos cristianos egipcios y abierto
preguntas angustiosas sobre el presente y sobre el futuro del monaquismo
copto,
dado que precisamente dos monjes de San Macario han sido condenados como
culpables del homicidio, y uno de ellos está condenado a muerte.
En la madrugada del domingo 29 julio de 2018, El cuerpo del abad
Epiphanius fue encontrado en un charco de sangre, dentro del monasterio,
en el camino que conduce desde su celda a la iglesia donde el obispo
iba a comenzar el día con las oraciones de la mañana, antes de la misa
dominical. El obispo tenía 64 años y procedía de
Tanta. Era licenciado en medicina. Había entrado en el monasterio de
San Macario, en 1984 y ordenado sacerdote en 2002. Investigador y
académico, había trabajado en la traducción del griego al árabe de
varios libros de la Biblia, construyendo intensas relaciones de comunión
espiritual con amigos y comunidades monásticas de la Iglesia Católica y
de otras religiones. Ya en los días siguientes al asesinato, las
autoridades judiciales acusaron del crimen al egipcio Wael Saad
Tawadros, que en el momento del asesinato era monje del monasterio de
San Macario con el nombre de Isaiah al Makary. Pocos días antes de su
detención,
Wael Saad Tawadros había sido expulsado del monasterio y despojado del
hábito monástico con una medida aprobada por el Patriarca copto ortodoxo
Tawadros II. Luego el 3 de agosto de 2018 siguiendo la ola de conmoción
provocada por la trágica historia de Anba Epiphanios, la Iglesia copta
había acelerado el proceso de discernimiento crítico sobre la condición y
conducción de las comunidades monásticas, ya iniciado hace tiempo. La
Comisión para los monasterios del Santo Sínodo copto-ortodoxo estableció 12 reglas, ratificadas por el Patriarca
Tawadros II, a las que tendrán que someterse todos aquellos que viven en
el estado monástico dentro de la Iglesia copto-ortodoxa. Las medidas
apuntan a preservar la vida monástica aislada del mundo y marcada por
momentos de oración, trabajo y silencio. Por ello, a los monjes y a las
monjas se les pidió cerrar sus cuentas personales y blogs en redes
sociales, herramientas utilizadas principalmente para difundir
“ideas confusas” y alimentar personalismos, según esta Comisión. El Papa
Tawadros ratificó también la orden de suspender por un año la
aceptación de nuevos candidatos a la vida monástica y un control más
riguroso del acceso a las visitas de peregrinos a los monasterios. Entre
las 12 medidas disciplinarias figura además la prohibición para los
monjes y las monjas de recibir donaciones de los fieles, que solo podrán
ser recogidas por el abad o la abadesa del monasterio.
La Corte Suprema de Casación de Egipto confirmó el pasado 1 de julio de
2020, la sentencia de muerte pronunciada en los procedimientos
judiciales anteriores contra Wael Saad Tawadros, el ex monje egipcio
copto ortodoxo condenado por el asesinato de Anba Epiphanios. En cambio, el Tribunal de Casación sentenció al monje
Falta'os al-Makari a cadena perpetua como cómplice del mismo delito,
cancelando la sentencia de muerte que el Tribunal Penal de Damanhur le
había impuesto anteriormente.
Las dos condenas a pena de muerte anteriores habían sido emitidas por el
Tribunal Penal de Damanhur el 23 de febrero de 2019, y el 24 de abril
de 2019 habían recibido el nihil obstat del Mufti de Egipto, la
autoridad religiosa islámica a cargo de emitir las fatwas (opiniones
legales basadas en el Sharia) sobre temas relevantes. En Egipto, una
sentencia de muerte no puede considerarse definitiva a menos que sea
aprobada por el Mufti.