El Obeid, SUDÁN (Agencia Fides, 29/07/2020) - “La primera buena noticia que se puede
comunicar es que el alto el fuego aún se mantiene en el país. Por
supuesto, todavía hay muchos aspectos que abordar y también algunos
brotes de conflictos interétnicos o tribales en Darfur que nunca antes
habían sucedido, pero podemos decir que estamos satisfechos. Es esencial
superar el concepto de ‘Estado religioso’ para construir una paz
estable y dar a la nación una identidad. Desde un punto de vista
político, considero un gran paso adelante el hecho de que esta semana
los 18 gobernadores estatales han sido nombrados y todos son expresión
de la sociedad civil: es la primera vez, y además, dos de ellas son
mujeres”: así lo dice Mons. Yunan Tombe Trille, obispo de El Obeid,
Sudán, presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur,
hablando sobre la nueva fase política por la que atraviesa el país
africano, las perspectivas de paz y la situación de la Iglesia.
Sudán continúa, de hecho, en el proceso de democratización y
modernización. El 11 de julio, el general Abdelfattah El Burhan,
presidente del Consejo Soberano, firmó una serie de medidas que van más
allá de algunas de las reglas más controvertidas basadas en la sharia e
introducen principios que aumentan las garantías de los ciudadanos y
reducen la discriminación y las violaciones de derechos. El camino aún
es largo pero el que se ha emprendido es el resultado de la mediación
para los procesos de paz entre el ejecutivo y los grupos armados en
acción en Kordofán del Sur, Darfur y el Estado del Nilo Azul.
Según el obispo Tombe Trille, el tema femenino como el de las libertades
civiles asume un papel decisivo en esta fase de transición democrática y
algunas de las medidas adoptadas por el gobierno, como la abolición de
la pena de muerte para los ciudadanos de fe islámica que se convierten a
una religión diferente y las reglas que someten las mujeres a los
hombres van en la dirección correcta.
“Hay señales positivas hacia la libertad de expresión y se ha
criminalizado definitivamente la práctica de la mutilación genital
femenina. Durante la pandemia, por primera vez, los cristianos han sido
considerados al mismo nivel que los musulmanes y las declaraciones sobre
el culto o las precauciones a tomar, equiparadas sin distinción de fe.
Esto nos tranquiliza. Sin embargo, quedan algunas cuestiones por
abordar, como la cuestión de los bienes confiscados a la Iglesia en el
pasado, o el hecho de que todavía no tenemos interlocutores directos en
el gobierno para cuestiones relacionadas con la vida de la Iglesia”.
El obispo concluye con una perspectiva de esperanza: “Estamos saliendo
de muchos años de dictadura y lleva tiempo que las cosas definitivamente
tomen la dirección correcta. Esperamos que pronto tengamos un
Parlamento soberano que legisle en defensa de la población y que
finalmente podamos hablar de Sudán como país en paz”.