MÉXICO (Agencia Fides, 20/07/2020) - "Somos conscientes de que el año 2020 va a
dejar una huella en la historia del mundo y de México por la pandemia
del COVID-19, que ha traído el dolor a innumerables hogares y ha
afectado gravemente la economía de las familias. Este año, también ha
traído a México otra peste mortal: la violencia y la inseguridad que han
alcanzado niveles nunca vistos, sea por su cantidad, frecuencia y
crueldad, y no podemos quedarnos indiferentes ante ello", Con estas
palabras comienza la declaración de los obispos de México publicada ayer
y enviada a Fides.
"Observamos a la “cultura de la muerte” que está golpeando fuerte y
repetidamente el corazón del pueblo mexicano y que se manifiesta, entre
otras formas: En actos de violencia, cada vez más numerosos y cruentos.
En considerar a la vida de un hijo como si fuera derecho de un adulto.
En volvernos insensibles ante la eutanasia, en la ruptura de las
familias. En los esfuerzos por legalizar los estupefacientes y otras
drogas. En la difusión de una visión pobre y distorsionada de la
sexualidad. En la corrupción. En la trata de personas con fines de
explotación sexual o laboral. En la indiferencia de algunos ante la
pobreza. Y en el abuso y daño de la naturaleza por el consumismo
extremo. Estos signos, no intentan ser un diagnóstico exhaustivo, sino
la exposición de algunas de las manifestaciones más visibles de los
desafíos que enfrentamos como país, en relación con la dignidad de la
persona humana", si lee en el documento.
"Por eso como Iglesia, nos comprometernos a favor de la vida y la dignidad humana".
Después de sugerir algunas formas de resolver estas situaciones extremas
con urgencia, los obispos piden un cambio de actitud ante la
violencia."Los obispos buscamos iluminar las conciencias de cara al bien
y a la verdad. En ejercicio de nuestros derechos inalienables y de
nuestro ministerio como Pastores continuaremos predicando el Evangelio
de la Vida, tanto en público como en privado, recordando que Jesús nos
ha dado un mandato preciso: “Vayan por todo el mundo y prediquen el
Evangelio” (Mc 16,15). Les anunciamos que continuaremos colaborando con
ellos y con muchos otros para promover la dignidad de cada persona
humana, desde la concepción hasta la muerte natural", concluye el texto.