CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 21/07/2020) - La pandemia de Covid-19 que desde hace meses está marcando la vida de
los pueblos de todos los continentes, pone graves límites también a la
vida de las comunidades eclesiales, que se enfrentan a dificultades y
situaciones a menudo dramáticas. Para apoyar a las Iglesias de los
países de misión ante la emergencia Covid-19, el Papa Francisco ha
instituido un Fondo de emergencia en las Obras Misionales Pontificias
(OMP) que está respondiendo a las peticiones que llegan de las diócesis
de todo el mundo. Las últimas ayudas se han
enviado a África y América Latina.
Las Clarisas del Monasterio Mary Queen and Mather de Lilongwe, en
Malawi, ofrecen con su oración una valiosa y apreciada contribución a la
vida de la Iglesia y del país, sosteniendo espiritualmente la misión. Habitualmente viven de las pequeñas ofrendas de los fieles que se unen a
su oración en la capilla del monasterio. Con el cierre de las iglesias
impuesto por la necesidad de contener la pandemia, las 31 monjas se
encuentran sin medios económicos ni siquiera para pagar los gastos
corrientes del consumo del monasterio y satisfacer las necesidades
básicas de la comunidad, por ello se les ha enviado una ayuda del Fondo
de Emergencia de las OMP.
La diócesis de Kwito-Bié en Angola, habitualmente asiste a muchos
pobres, pero la situación creada tras la pandemia hace imposible
proseguir este servicio de caridad a parroquias y misiones. La ayuda
enviada por el Fondo de las OMP permitirá en particular a la diócesis
apoyar a Radio Ecclesia, instrumento fundamental para garantizar la
comunicación y la animación espiritual en este período de aislamiento.
La Arquidiócesis de Yaundé, en Camerún, comprende la capital política
del país, por lo que es la encrucijada de muchas personas que van allí
por trabajo o por otros negocios, convirtiéndola en uno de los lugares
más expuestos a la pandemia. Los esfuerzos realizados por los servicios
sanitarios de la diócesis para la prevención sanitaria son limitados y
no pueden cubrir las muchas necesidades de una ciudad con cerca de 2
millones de habitantes. La necesidad más urgente señalada al Fondo de
las OMP se refiere a la sanificación de los locales y a la
sensibilización de los fieles de las 162 parroquias de los 23 Centros
eucarísticos de la diócesis para la lucha contra el coronavirus.
La diócesis de Ngaoundéré se encuentra en el norte de Camerún, los
católicos representan el 20% de la población. La mayoría de sus 26
parroquias se encuentran en la zona rural, no sólo para la
evangelización, sino también para contribuir a mejorar las condiciones
de vida de esa población a través de las escuelas y los centros
sanitarios. A la acción de la Iglesia contribuyen generosamente
sacerdotes, religiosas, seminaristas, catequistas, animadores de las
comunidades eclesiales. En marzo se registró el primer caso de Covid-19
y, por tanto, se adoptaron todas las disposiciones destinadas a contener
la pandemia, tanto por parte del Estado como de la Iglesia. La mayoría
de la población no ha podido ganarse el pan de cada día. La clausura de
los encuentros de oración y catequesis no ha permitido, entre otras
cosas, recoger las ofrendas para el sustento de las parroquias y de los
agentes pastorales.
La residencia de ancianos San Pedro Claver, que se encuentra en el
Vicariato apostólico de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en
Colombia, ya no tiene recursos para atender a sus huéspedes. Normalmente
se organiza anualmente un festival gastronómico para recaudar
contribuciones y ofrendas, pero este año no ha sido posible debido a la
pandemia. De los 38 ancianos alojados, no todos son capaces de
contribuir económicamente a la gestión de la casa. La ayuda enviada por
el Fondo de emergencia de las OMP se utilizará para sostener a algunos
sacerdotes que ya no tienen medios de subsistencia y que hasta ahora
habían contribuido también a los gastos del Vicariato.
En el Vicariato apostólico de Camiri, en Bolivia, este año 2020 marca el
25 aniversario del nacimiento del clero diocesano, que se ha unido a
los misioneros al servicio de esta Iglesia local en territorio de
misión. En las parroquias se ha dedicado siempre a hacer tomar
conciencia a los fieles de la necesidad de auto-sostenerse
económicamente, manteniendo las estructuras y los agentes pastorales al
servicio de la comunidad. En este tiempo de pandemia se han promovido
diversas formas de ayuda solidaria para las personas en dificultad, pero
con las iglesias cerradas y el temor al contagio no es posible recoger
ofrendas entre los fieles. La ayuda del Fondo de las OMP se destinará a
los servicios básicos y a las actividades pastorales de las parroquias
llevadas a cabo tanto por sacerdotes diocesanos como por religiosos, así
como para las familias de algunos catequistas en dificultad.