CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 25 de octubre de 2016).-  Se publica hoy el mensaje del Pontificio Consejo para el Dialógo 
Interreligioso a los hindúes con motivo de la festividad de Deepavali o 
Diwali, la fiesta de las luces que cae entre octubre y noviembre, 
durante el mes hindú de ashwayuja. Las fiestas de Deepavali, entre las 
más importantes del calendario, duran cinco días durante los cuales se 
refuerzan los lazos con familiares  y amigos a los que se visita y se 
invita a comer ofreciéndoles dulces y la noche se ilumina de luces   y 
fuegos artificiales. Simboliza el triunfo del bien sobre el mal y 
recuerda el regreso a la ciudad de Ayodhya del príncipe Rama después de 
haber derrotado al rey de los demonios Ravaṇa. Según la leyenda, los 
habitantes de Ayodhya tapizaron las murallas y los tejados con hileras 
(avali) de  lámparas(dipa) para que Rama pudiera encontrar fácilmente el
 camino.
El mensaje de este año, firmado por el Presidente de ese dicasterio 
el Cardenal Jean-Louis Tauran y por el Secretario, el Obispo Miguel 
Angel Ayuso Guixot MCCJ, se titula: “Cristianos e hindúes: Promovamos la
 esperanza entre las familias”.
“El  Pontificio Consejo  para el Diálogo Interreligioso –dice el 
texto-  os saluda cordialmente con motivo de la fiesta de Deepavali, que
 conmemorais el 30 de octubre de 2016, deseando que vuestras 
celebraciones en todo el mundo sean para vosotros una ocasión para 
fortalecer los lazos familiares, y traigan alegría y paz a vuestras 
familias y comunidades.
Una sociedad sana depende de los lazos familiares y, sin embargo, se
 sabe que hoy en día la noción misma de familia se ve socavada por un 
clima de relativismo en su significado y valor esencial. También la vida
 familiar es a menudo perturbada por graves hechos como la guerra, la 
pobreza y la migración que, desgraciadamente han pasado a ser habituales
  en todo el mundo. Sin embargo, existen fuertes indicios de esperanza 
renovada gracias a los testimonios de cuantos creen en la perdurable 
importancia del matrimonio y la vida familiar para el bien de cada 
persona y de la sociedad en su conjunto. Con este seguro respeto por la 
familia y con una aguda conciencia de los desafíos globales que 
enfrentamos todos los días, proponemos una reflexión sobre cómo 
nosotros, cristianos e hindúes juntos, podemos promover la esperanza en 
las familias y humanizar cada vez más a nuestra sociedad.
Sabemos que la familia es la "primera escuela de  humanidad" y que 
los padres son los “primeros y principales”  educadores de sus hijos. En
 la familia es donde los hijos, guiados por el noble ejemplo de los 
padres y los ancianos, se forman en  los valores que les ayudarán a 
desarrollarse como seres humanos buenos y responsables. Con demasiada 
frecuencia, sin embargo, las circunstancias familiares merman el 
optimismo y el idealismo de la juventud.  Por lo tanto es muy importante
 que los padres, junto con la comunidad en general, inculquen en sus 
hijos un sentido de esperanza, guiándolos hacia un futuro mejor, y a la 
búsqueda del bien, incluso ante  la adversidad.
Formar  y educar a la esperanza es, así,  una tarea de suma 
importancia para las familias porque  refleja la naturaleza divina  de 
la misericordia  que acoge a los descorazonados, ofreciéndoles un 
objetivo. Este tipo de educación a la esperanza anima a los mismos 
jóvenes a ponerse a disposición de otros que atraviesan por necesidades,
 en  caridad y  servicio, y convertirse en luz para los que están en la 
oscuridad.
Las familias, por lo tanto, deben ser un "laboratorio de la 
esperanza”donde los hijos aprenden del ejemplo de sus padres y 
familiares, y experimentan el poder de la esperanza para consolidar las 
relaciones humanas, sirviendo a los más olvidados de la sociedad y 
superando  las injusticias de hoy.  A San Juan Pablo II le gustaba decir
 que "el futuro de la humanidad se fragua en la familia" Si la humanidad
 ha de prosperar y vivir en paz, entonces, las familias tienen que 
asumir la tarea de cultivar la esperanza y alentar a sus hijos a ser 
mensajeros de esperanza para el mundo.
Como cristianos e hindúes –concluye el mensaje- unámonos a todas las 
personas de buena voluntad para sostener el matrimonio y la vida 
familiar, haciendo de las familias  escuelas de esperanza. Llevemos la 
luz de la esperanza en todos los rincones de nuestro mundo, brindando 
consuelo y fortaleza a todos los necesitados.¡Os deseamos un feliz 
Deepavali!".
 
