CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 27 de octubre de 2016).- El Papa FRANCISCO ha recibido hoy en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano a un
centenar de Miembros del “Grupo Santa Marta ” con motivo de la III
Conferencia organizada por ese organismo internacional contra la trata
de seres humanos. El Grupo promovido en el 2014 por el Santo Padre y
presidido por el Cardenal Vincent Nichols, Arzobispo de Westminster
(Reino Unido) está formado por jefes de policía, obispos, religiosas y
representantes de la sociedad civil que luchan contra ese delito
internacional y se propone además fomentar relaciones de confianza entre
la policía y la Iglesia, que hagan posible la derrota de ese crimen y
que sus víctimas sean acompañadas, asistidas y finalmente reintegradas
en la sociedad.
Desde 2014, ha habido dos conferencias internacionales del Grupo
Santa Marta en Inglaterra y España, así como una en las Naciones Unidas
organizada conjuntamente con la misión del observador permanente de la
Santa Sede en la ONU, además encuentros regionales en América Latina,
África y una en Irlanda centrada en la industria marítima.
El Santo Padre saludó con gran placer a los Miembros del Grupo y
subrayó que la causa de la trata de personas es uno de los retos más
grandes de nuestro tiempo. “El Grupo Santa Marta que reúne a autoridades
eclesiásticas y civiles, está dando una aportación importante para
contrastar la plaga social de la trata de personas unida a nuevas formas
de esclavitud cuyas víctimas son hombres y mujeres, a menudo menores de
edad, explotados aprovechando su pobreza y su marginación” –aseveró–
Como ya os escribí hace un año con motivo de vuestra reunión en El
Escorial, lo que hace falta es un compromiso concreto, fáctico y
constante, tanto para eliminar las causas de este fenómeno tan complejo
como para encontrar, asistir y acompañar a las personas que caen en los
lazos de la trata. Desgraciadamente el número de víctimas –nos dicen
los organismos internacionales- aumenta de año en año. Son los más
indefensos a los que se les roba la dignidad, la integridad física y
psíquica e incluso la vida”.
“Queridos amigos, os doy las gracias y os animo a proseguir vuestro
compromiso. El Señor sabrá recompensar todo lo que se hace por estos
pequeños de la sociedad. El dijo: “Tuve hambre… tuve sed…” y me ayudaste.
Hoy podría decir: “Habían abusado de mí, me habían explotado,
esclavizado…” y me socorriste”.
“Sigo acompañandoos con mi cercanía y mi oración. Vosotros también,
por favor, rezad por mí”, finalizó FRANCISCO despidiéndose de los
presentes.