CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 27 de octubre de 2016).-  “La intuición clarividente de San Juan Pablo II, que quiso firmemente
 esta institución académica, se puede apreciar y reconocer todavía 
mejor  hoy en día... Su sabio discernimiento de los signos de los 
tiempos replanteó con vigor a la atención de la Iglesia y de la sociedad
 humana,  la profundidad y la delicadeza de los lazos que se generan a 
partir de la alianza matrimonial entre el hombre y la mujer – ha dicho el
 Papa FRANCISCO recibiendo esta mañana a la comunidad académica del 
Pontificio Instituto "Juan Pablo II" de Estudios sobre el Matrimonio y
 la Familia–. Ante las cuatrocientas personas presentes en la Sala 
Clementina el Pontífice ha subrayado que el  desarrollo del Instituto ha
 tenido en los cinco continentes confirma la validez y el significado de
 la forma "católica" de su programa. “La viabilidad de este proyecto, 
 que ha generado una institución de un perfil tan alto –ha observado- 
impulsa a desarrollar nuevas iniciativas de coloquio e intercambio con 
todas las instituciones académicas, incluidas las pertenecientes a 
diferentes áreas religiosas y culturales, que reflexionan  sobre esta 
delicada frontera de lo humano”.
“En la coyuntura actual, los lazos matrimoniales y familiares se 
ponen a prueba de muchas formas. La aparición de una cultura que exalta 
el individualismo narcisista –explicó FRANCISCO–,  una concepción de la 
libertad desligada de la responsabilidad por el otro, la creciente 
indiferencia hacia el bien común, el aumento de las ideologías que 
atacan directamente el proyecto de la familia, así como  el crecimiento 
de la pobreza que amenaza el futuro de muchas familias, son otras tantas
 razones de la crisis de la familia contemporánea. Luego están los 
problemas no resueltos del desarrollo de nuevas tecnologías que hacen 
posible  prácticas a veces en conflicto con la verdadera dignidad de la 
vida humana..Os exhorto  a examinar  con valentía estas implicaciones 
nuevas y delicadas con todo el rigor necesario, sin caer "en la 
tentación de barnizarlas, de perfumarlas, de ajustarlas un poco y de 
domesticarlas”.
Por otra parte “la incertidumbre y desorientación que atañen a los 
afectos fundamentales de la persona y de la vida  desestabilizan todos 
los lazos, los de las familias y los de la sociedad, dando prioridad a 
la importancia del yo respecto al nosotros, al individuo  sobre la 
sociedad.  Es un resultado que contradice el plan de Dios, que ha 
confiado el mundo y la historia a la alianza entre el hombre  y la 
mujer. Esta alianza… implica cooperación y respeto, entrega generosa y 
responsabilidad compartida, capacidad de reconocer la diferencia como una
 riqueza y una promesa, no como un motivo de sumisión y abuso”.
Después el Papa afirmó que “el reconocimiento de la dignidad del 
hombre y de la mujer lleva aparejado una valoración justa de su relación
 mutua... Es imposible negar la contribución de la cultura moderna al 
redescubrimiento de la dignidad de la diferencia sexual… Por  eso, es 
desconcertante constatar que ahora esta cultura parezca casi bloqueada 
por la tendencia a destruir la diferencia en lugar de resolver los 
problemas que la mortifican…. La familia es el seno  insustituible de la 
iniciación a la alianza criatural del hombre y de la mujer. Este 
vínculo, sostenido  por la gracia de Dios Creador y Salvador,  está 
destinado a afianzarse  en muchas formas de su relación, que se reflejan
 a su vez  en los diversos lazos comunitarios y sociales. La profunda 
correlación entre las figuras familiares y las formas sociales de esta 
alianza – en la religión y la ética, el trabajo, la política, la 
economía y en el cuidado de la vida y la relación entre generaciones – 
es un dato global”.
“La Iglesia – que se reconoce como pueblo familiar- ve en la familia 
 el icono de la alianza de Dios con toda la familia humana…La caridad de
 la Iglesia, por lo tanto, nos compromete a desarrollar – en el plan 
doctrinal y pastoral, nuestra capacidad de leer e interpretar, para 
nuestro tiempo, la verdad y la belleza del designio creador de Dios –dijo– La irradiación de este plan divino…exige una inteligencia especial
 de amor. Y también  una fuerte dedicación evangélica, animada  por una 
gran compasión y misericordia por la vulnerabilidad y falibilidad de 
amor entre los seres humanos”.
“Hay que aplicarse con mayor entusiasmo al rescate – diría que casi a
 la rehabilitación – de esta extraordinaria "invención" de la creación 
divina – reafirmó FRANCISCO – Hay que tomar en serio este rescate, tanto 
en el sentido doctrinal como en  el sentido práctico, pastoral  y 
testimonial. Las dinámica de la relación entre Dios, el hombre y la 
mujer, y sus hijos, son la llave de oro para la comprensión del mundo y 
de la historia, con todo lo que contiene. Y, por último, para comprender
 algo profundo que se encuentra en el amor de Dios mismo… Desde luego 
somos  muy conscientes del hecho de que llevamos este tesoro "en vasijas
 de barro". La gracia existe, al igual que el pecado. Por lo tanto, 
aprendamos a no resignarnos al fracaso humano;  por el contrario,  
apoyemos  el rescate del diseño creador a cualquier precio. 
Efectivamente, es  justo reconocer que a veces  hemos presentado un 
ideal teológico del matrimonio demasiado abstracto, casi 
artificiosamente construido, lejano de la situación concreta y de las 
posibilidades efectivas de las familias reales. Esta idealización 
excesiva, sobre todo cuando no hemos despertado la confianza en la 
gracia, no ha hecho que el matrimonio sea más deseable y atractivo, sino
 todo lo contrario”, añadió el Papa, citando su exhortación apostólica 
Amoris Laetitia”.
También recordó que los dos encuentros sinodales de los Obispos de 
todo el mundo “cum Petro y sub Petro, han manifestado unánimemente la 
necesidad de ampliar la comprensión y el cuidado de la Iglesia ante este
 misterio humano en que se abre camino el amor de Dios por todos . La 
 exhortación apostólica Amoris laetitia  atesora esta ampliación y
 pide a todo el pueblo de Dios que haga más visible y eficaz la 
dimensión familiar de la Iglesia… El tema pastoral de nuestros días 
–recalcó– no es sólo el de la  "distancia" de muchos del ideal y de la 
práctica de la verdad cristiana del matrimonio y de la familia; es 
todavía  más decisivo el tema de la "cercanía" de la Iglesia: cercanía a
 las nuevas generaciones de cónyuges,  para que la bendición de su 
vínculo los convenza cada vez más y los acompañe;  cercanía  a las 
situaciones de debilidad humana, para que la gracia las rescate, las 
reavive y las sane. El vínculo inquebrantable de la Iglesia con sus 
hijos es el  signo más transparente del amor fiel y misericordioso 
Dios”.
“El nuevo horizonte de este compromiso llama ciertamente en causa,de 
una manera muy especial, a vuestro Instituto, para que  apoye la 
necesaria apertura de la inteligencia de la fe  al servicio de la 
solicitud pastoral del Sucesor de Pedro –destacó al final de su 
discurso– Teología y pastoral van de la mano. Una doctrina teológica que
 no se deja orientar  y plasmar por  la finalidad evangelizadora y la 
atención  pastoral de la iglesia es tan impensable como una pastoral de 
la Iglesia que no sepa atesorar  la revelación y  su tradición, con 
miras a una mejor comprensión y transmisión de la fe”. Esa tarea “exige 
el arraigo  en la alegría de la fe y la humildad de un alegre servicio a
 la Iglesia. De la Iglesia que hay, no de  una iglesia diseñada a la 
propia imagen y semejanza. La Iglesia viva en la que vivimos, la 
preciosa iglesia a la que pertenecemos, la Iglesia del único Señor y del
 único  Espíritu a la que nos entregamos como "siervos inútiles”, que 
ofrecen sus mejores dones”.
 
