Erbil, IRAQ (Agencia Fides, 26/10/2016) – El 2017 como “Año de la paz”, celebrado por las 
iglesias y por las comunidades cristianas presentes en Iraq para 
favorecer la reconciliación nacional y salvar el país de las fuerzas 
centrífugas que pudieran continuar a amenazar la unidad nacional, 
incluso después de la liberación de Mosul y de la Llanura de Nínive del 
dominio yihadista. Esta es la propuesta “operativa” lanzada por el 
patriarca caldeo Louis Raphael I Sako durante el encuentro de oración 
ecuménico por la liberación de Mosul, celebrado ayer en Ankawa, suburbio
 de Erbil donde viven en su mayoría cristianos. 
 
A esta oración ecuménica, realizada en la iglesia dedicada a María, 
Madre del Perpetuo Socorro, han estado presentes, entre otros, Mar 
Gewargis III Sliwa, Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, 
sacerdotes, religiosos y religiosas y numerosos laicos, así como 
Nicodemus Daoud Matti Sharaf, metropolitano sirio ortodoxo de Mosul, 
junto con sacerdotes, religiosos y políticos cristianos. Después de la 
recitación de los salmos y de la lectura de un pasaje del Evangelio de 
San Juan, el patriarca caldeo Louis Rafael, en su discurso, ha expresado
 la esperanza compartida por todos de que el proceso de liberación se 
produzca a corto plazo, y causando el menor número posible de pérdidas 
humanas.
 
El primado de la Iglesia caldea ha expresado su agradecimiento a todas 
las fuerzas implicadas en la operación militar, haciendo referencia 
explícita tanto al ejército regular de Iraq como a las milicias kurdas 
Peshmerga, y citando a los soldados “cristianos y musulmanes, árabes, 
kurdos y turcomanos”. El Patriarca también ha expresado su intención de 
proclamar el 2017 como “Año de la paz iraquí”, con momentos de oración 
ecuménica e iniciativas eclesiales compartidas para alimentar la 
“cultura de la paz y la convivencia” en este país desgarrado por la 
violencia sectaria.
Precisamente la liberación de Mosul, que ha unido fuerzas diferentes, en
 opinión del patriarca Raphael Louis puede convertirse en el comienzo de
 un proceso de reconciliación nacional basado en las perspectivas y 
puntos compartidos, para recuperar la estabilidad y la unidad perdida. 
El primado de la Iglesia caldea ha presagiado la creación de un comité 
que reúna a representantes de la vida política, social, religiosa y 
cultural, llamados a volver a diseñar juntos el futuro de la región 
liberada del Daesh, en diálogo tanto con el gobierno central como con la
 de la Comunidad Autónoma del Kurdistán iraquí.
En su discurso, el Patriarca ha recordado también la urgente necesidad 
de salvaguardar, con iniciativas concretas - y no con discursos – la 
situación de los cristianos que huyeron de Mosul y de las ciudades de la
 Llanura de Nínive ante el avance de las milicias yihadistas, tratando 
de evitar que esta distancia temporal obligada de sus hogares no se 
conviertan en algo permanente.
Según el primado de la Iglesia caldea, toda la nación iraquí, en sus 
diferentes componentes étnicos y religiosos, debe “aprender la lección” y
 aprovechar la oportunidad ofrecida por la liberación histórica de Mosul
 para comenzar la construcción de un verdadero Estado de derecho, 
fundado en el principio de la ciudadanía y las garantías de la igualdad 
de todos los ciudadanos ante la ley, sin discriminación alguna. 
 
