Brasilia, BRASIL (Agencia Fides, 29/10/2016) - “La Pec 241 es injusta y selectiva, ya que 
hace pagar la deuda pública que está fuera de control a los trabajadores
 y los pobres, es decir, a aquellos que en realidad están más 
necesitados de que el estado garantice sus derechos constitucionales”. 
 
Esta es la opinión del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de
 Brasil (CNBB) sobre la propuesta de enmienda a la Constitución, la 
llamada “Pec 241”, que ya ha sido aprobada por la Cámara y ahora está 
bajo examen en el Senado.
 
Para volver a equilibrar la deuda pública, la medida prevé para los 
próximos 20 años, empezando a partir del 2017, un tope de gastos en 
sectores clave del Estado como la educación, la salud, las 
infraestructuras, la seguridad y otros. “En práctica, esto significa que
 no se podrá realizar ningún aumento real de inversión en etas áreas 
primarias durante dos décadas”, escriben los obispos en el comunicado 
emitido al final de su reunión celebrada del 25 al 27 de octubre, 
comentando que “sin embargo, no se menciona un límite máximo en los 
ingresos financieros, tales como el pago de intereses de la deuda 
pública”.
 
La Pec 241 “sobrevalora el mercado en detrimento del Estado” corriendo 
el riesgo de promover una “idolatría del mercado”, en oposición a la 
doctrina social de la Iglesia. “Es posible invertir en el camino de 
aprobación de la Pec, que debe ser discutida de forma amplia y 
democrática - continúa el texto recibido en la Agencia Fides -. La 
movilización popular y una sociedad civil organizada son fundamentales 
para superar la crisis económica y política. Esta vez, el Senado Federal
 tiene la responsabilidad de dialogar extensamente con la sociedad sobre
 las consecuencias de la Pec 241”.
 
El comunicado, firmado por el Presidente de la CNBB, Su Exc. Mons. 
Sergio da Rocha, arzobispo de Brasilia; por el vicepresidente Su Exc. 
Mons. Murilo Krieger, arzobispo de Salvador, Bahia, y por el Secretario 
General, Su Exc. Mons. Leonardo Ulrich Steiner, obispo auxiliar de 
Brasilia, concluye afirmando que “la CNBB seguirá acompañando este 
proceso, poniéndose a disposición para buscar una solución que garantice
 los derechos de todos, y no recaiga sobre los más pobres”.
 
