miércoles, 19 de octubre de 2016

El Papa recuerda al beato Popieluszko y saluda a los peregrinos

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 19 de octubre de 2016).-  Al final de la catequesis, en los saludos a los peregrinos procedentes de diversos países el Papa FRANCISCOse dirigió especialmente a los sacerdotes de la diócesis de Orleans (Francia) acompañados por el Obispo Jacques Blaquart y dio una  cordial bienvenida a los peregrinos de los Países Bajos, en particular a  los seminaristas de la Arquidiócesis de Utrecht y de la  diócesis de Rotterdam y Breda, así como a los representantes del Consejo de Iglesias de los Países Bajos y  del Grootkoor Holanda. Entre los peregrinos de lengua portuguesa recordó a los grupos parroquiales de Mogi Guaçu y Pereiras y entre los alemanes a los pertenecientes al coro de la Catedral de Maguncia y a los muchos jóvenes, alumnos y monaguillos, especialmente a la nutrida representación del Liceo de Damne.


“Hoy la liturgia recuerda al  beato mártir  Don Popieluszko –dijo a los fieles polacos Él se expuso en primera persona  a favor de los trabajadores y sus familias, pidiendo justicia y  condiciones de vida dignas, la libertad civil y religiosa de la Patria. Las palabras de San Pablo: "No te dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien"  fueron el lema de su ministerio. ¡Que estas palabras sean también hoy para vosotros, para todas las familias y el pueblo polaco un desafío para construir un orden social justo en la vida cotidiana en busca del Evangelio!”.


El Santo Padre saludó con afecto a los peregrinos de Eslovaquia, en especial a los grupos parroquiales y a la Juventud Salesiana de Bratislava señalando que el próximo domingo se celebra la Jornada Misionera Mundial, “una preciosa oportunidad para reflexionar sobre la urgencia del compromiso misionero de la Iglesia y de cada cristiano. También nosotros estamos llamados a evangelizar en el entorno en el que vivimos y trabajamos”.


Al final se dirigió a los italianos procedentes de diversas diócesis entre ellas la de Caltagirone, con su Obispo  Calogero Peri, que celebra el veinticinco aniversario de  su fundación, la de Faenza-Modigliana, con un grupo de recién confirmados acompañados por el Obispo Mario Toso y a  los fieles de Mistretta. También recordó a los  participantes en el seminario organizado por la Universidad de la Santa Cruz y  a los jóvenes  de la Acción Católica de Brindisi-Ostuni, a la peregrinación de  las Hermanas de San Juan Bautista, llegadas para la canonización de San Alfonso María Fusco, a las que deseó que el carisma de su fundador se difunda en la sociedad actual, a los oficiales de la Academia de Módena, a la Fundación del Centro Nacional de Creatividad;  a la asociación “Capaces diversamente”, y a las participantes en el segundo encuentro “Mujeres, Oriente Medio y Mediterráneo”.


Sus últimas palabras fueron para los jóvenes,  los enfermos y los recién casados. “Hoy la liturgia celebra a san Pablo de la Cruz,  sacerdote y fundador de los Pasionistas –dijo–. Queridos jóvenes, especialmente los que  participan en el Festival de la Diplomacia: que la meditación de la Pasión de Jesús os enseñe la grandeza de su amor por nosotros; queridos enfermos, llevad vuestra cruz en unión con Cristo para tener alivio en tiempos de prueba; y vosotros, queridos recién casados, dedicad  tiempo a la oración, para que vuestra vida matrimonial sea un camino de perfección cristiana”.


Estas fueron sus palabras en español:


"Queridos hermanos y hermanas:


Como hemos escuchado en la Carta de Santiago, hay situaciones de necesidad entre nosotros que requieren una respuesta inmediata y urgente, por ejemplo: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento; ambas son obras de misericordia corporales.


Es muy dura la experiencia del hambre y la sed, y desgraciadamente es una realidad actual y cercana a nosotros. Cada día encontramos personas que sufren estos males y necesitan de nuestra ayuda.


Jesús nos enseña a responder a estas necesidades con su ejemplo, y nos recuerda que «él es el pan de vida» y «quien tenga sed venga a mí». Él mandó a sus discípulos que dieran de comer a la multitud, pero ellos sólo tenían cinco panes y dos peces. Jesús pronunció sobre estos la bendición y los partió, y al distribuirlos, todos quedaron saciados. Su ejemplo nos interpela y nos anima a reconocer que cuando damos nuestro poco al hermano necesitado se hace presente la ternura y la misericordia de Dios". 
 

Saludos


"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los invito a salir al encuentro de las necesidades más básicas de los que encuentren a su camino, dando lo poco que tienen. Dios, a su vez, les corresponderá con su gracia y los colmará de una auténtica alegría. Muchas gracias".