Nova Iguaçu, BRASIL (Agencia Fides, 11/10/2016) – El pasado domingo 9 de octubre, por la
mañana, encontraron el cadáver del padre Francisco Carlos Barbosa
Tenorio, de 37 años, a lo largo de la carretera RJ-081, en Nova Iguaçu,
en la región de Baixada Fluminense, Estado de Río de Janeiro. Según los
testimonios de los amigos que han reconocido el cuerpo en el Instituto
Médico-Legal, el sacerdote mostraba signos de cortes de arma blanca y la
marca de un golpe con la culata de un fusil en la cabeza. No se ha
encontrado el coche en el que viajaba el sacerdote.
La nota recibida en la Agencia Fides contiene las declaraciones de Su
Exc. Mons. Luciano Bergamin, obispo de la diócesis de Nova Iguaçu, según
el cual, el padre Francisco era párroco de la parroquia de Nuestra
Señora de Lourdes, en el barrio de São Benedito en Nova Iguaçu, donde
era amado por sus fieles y no tenía enemigos. “Ha sido un buen párroco y
amado por su pueblo. Todo nos lleva a creer que se ha tratado de un
robo terminado en homicidio. Una puñalada en el lado del corazón ha
causado la muerte de nuestro hermano. Por desgracia, es otro signo de la
violencia a la que se enfrenta nuestra Baixada, teñida con tanta
sangre”, ha comentado Mons. Bergamín.
“El padre Francisco había viajado para visitar a una familia en un
barrio vecino a la parroquia de São Simão, pero al parecer nunca regresó
a casa, de hecho no se presentó para celebrar la misa del domingo, algo
que nunca había ocurrido...” explica el obispo en la nota. El padre
Francisco nació en Pernambuco, peor vivió durante casi diez años en Río
de Janeiro. Inició a trabajar en la diócesis de Nova Iguaçu en 2008 y
fue ordenado sacerdote en 2011.