CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 01/10/2016) – La fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús
(1873-1897), proclamada patrona del as misiones en 1927 junto con San
Francisco Javier, que la liturgia celebra hoy, 1 de octubre, marca el
comienzo del octubre misionero. En la capilla del Palacio de Propaganda
Fide, el prefecto de la Congregación para la Evangelización de los
Pueblos, el cardenal Fernando Filoni, ha presidido esta mañana la
celebración eucarística en la que han participado, además de Su Exc.
Mons. Protasio Rugambwa, Secretario Adjunto y Presidente de las OMP,
sacerdotes, religiosos y laicos de la Congregación y de los
Secretariados Internacionales de las Obras Misionales Pontificias.
En gran parte del mundo la Iglesia católica celebra el mes de octubre
como el “Mes de las Misiones”, utilizando los muchos subsidios que las
direcciones nacionales de las OMP preparan para recordar el deber de
todo bautizado a colaborar con oración y con ayuda a la misión universal
de la Iglesia. Octubre fue elegido como mes misionero en memoria del
descubrimiento de América, que abrió una nueva página en la historia de
la evangelización
El mes de octubre tiene su punto culminante en la celebración del Día
Mundial de las Misiones, el tercer domingo del mes, el 23 de octubre. En
algunos países la Jornada se traslada a otro domingo por razones
pastorales.
Este año se cumple el 90 aniversario del Día Mundial de las Misiones,
organizado por la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe y aprobada
por el Papa Pío XI en 1926. En su mensaje para la Jornada mundial de las
misiones 2016, el papa Francisco señala este propósito: “Por lo tanto,
considero oportuno volver a recordar la sabias indicaciones de mis
predecesores, los cuales establecieron que fueran destinadas a esta Obra
todas las ofertas que las diócesis, parroquias, comunidades religiosas,
asociaciones y movimientos eclesiales de todo el mundo pudieran recibir
para auxiliar a las comunidades cristianas necesitadas y para
fortalecer el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra. No
dejemos de realizar también hoy este gesto de comunión eclesial
misionera. No permitamos que nuestras preocupaciones particulares
encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que abarque a toda
la humanidad”.