Portoviejo, ECUADOR (Agencia Fides, 19/10/2016) - Seis meses después del terremoto que ha
devastado el país, continúa siendo un gran desafío el poder satisfacer
las necesidades de los niños que todavía viven en refugios y en las
zonas rurales. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia,
más de 8.800 personas viven en refugios temporales, con falta de higiene
y condiciones sanitarias inadecuadas. Además, los servicios locales que
se ocupan de la protección especial deben ser reforzados, y muchos
niños todavía necesitan ayuda para superar el miedo que les impide
asistir a la escuela desde el terremoto.
El gobierno ha vuelto a poner en marcha el sistema educativo y ha
reducido el número de personas que viven en refugios oficiales de 33.000
a 7.000, sobre todo gracias a las concesiones y a los hogares de
acogida. Con el apoyo de miles de donantes de todo el mundo, UNICEF ha
sido capaz de proporcionar micro-nutrientes y vitamina A a 250.000 niños
y a 26.800 mujeres embarazadas. Además, han sido administrados 30.000
tratamientos de Zinc para tratar los casos de diarrea aguda, 40.000
personas reciben agua potable, se ha distribuido material de formación
sobre la prevención de enfermedades tales como el zika en las escuelas
de las zonas afectadas por el virus. La agencia de la ONU ha distribuido
material educativo a más de 34.000 niños y ofrece alojamiento temporal a
más de 13.000.