CIUDAD DEL VATICANO
(Agencia Fides) - La “cercanía espiritual” y el “pleno apoyo”
a los esfuerzos en favor de los migrantes, ha sido manifestada por el
Presidente del Consejo Pontificio de pastoral para los migrantes e
itinerantes, el Card. Antonio Maria Vegliò, en una carta enviada a
Su Exc. Mons. Gerardo De Jesús Rojas López, obispo de Tabasco,
México, a quién se le ha impedido celebrar una misa en sufragio de
los migrantes asesinados en 2010.
El obispo,
acompañado por un grupo de religiosos, se disponía a celebrar una
Misa, en la frontera entre su diócesis mexicana de Tabasco, y el
Vicariato apostólico guatemalteco de El Petén, el 27 de agosto,
para recordar la masacre de 72 migrantes de América central y del
sur, perpetrada en agosto de 2010 en San Fernando por el cártel
narcotraficante de los Zetas. Los agentes del Servicio de Aduanas y
del Instituto Nacional de Migración de México han impedido al
obispo realizar la Misa, que al final ha podido tener lugar en el
territorio fronterizo de Guatemala.
“no podemos
olvidar que desde 2009 hasta 2011 más de 20.000 emigrantes han sido
secuestrados en el área de su diócesis fronteriza – escribe el
Card. Vegliò en la carta de la que hemos recibido copia en la
Agencia Fides -, por no hablar de todos aquellos que han caído en la
red de los traficantes y de los miles de hombres, mujeres y los niños
que han perdido la vida. Tampoco podemos ignorar que se están
intensificando las operaciones para impedir que los emigrantes suban
en el tren de carga conocido como 'La Bestia', obligándoles de hecho
a elegir rutas alternativas y de mayor riesgo para alcanzar los
Estados Unidos de América.
Tampoco podemos
ignorar que se están intensificando las operaciones para impedir que
los emigrantes suban en el tren de carga conocido como “La Bestia”,
obligándoles de hecho a elegir rutas alternativas y de mayor riesgo
para alcanzar los Estados Unidos de América”.
El Presidente del
Consejo Pontificio para los migrantes y los itinerantes invita a no
olvidar tampoco a “todos aquellos que, en diversas partes del
mundo, se ven obligados, por la miseria o por la persecución, a
cruzar las fronteras de su patria en busca de una vida humanamente
digna” y subraya: “El listado de características que acompañan
hoy a las migraciones es impresionante: abusos de autoridad y de toda
clase, violaciones de las personas y de sus derechos fundamentales,
explotación, extorsión, hambre, atracos, robos, mutilaciones,
dolor, muerte. Los éxodos que actualmente sacuden diversas zonas del
mundo son una denuncia abierta de la decadencia de las instituciones
y, peor aún, de la pérdida del sentido auténtico de la humanidad,
donde la inicua distribución de los recursos y el acaparamiento
egoísta de los bienes se han convertido en objetivos prioritarios
con respecto a la respuesta a las emergencias humanitarias”.
“En este
escenario, la tarea de la Iglesia es cada vez más difícil, pero no
se detiene y no se asusta” reitera el Card. Vegliò, que uniéndose
a la voz del Santo Padre lanza un apremiante llamamiento para que se
intensifiquen las iniciativas de oración para encontrar los caminos
justos que conduzcan a la convivencia pacífica de los pueblos; se
promueva el diálogo y la negociación para detener a los violentos y
a los agresores; se abran canales humanitarios para facilitar la
ayuda a los refugiados; se adopten normativas adecuadas, locales y
supranacionales, que regulen los flujos migratorios en el respeto y
en la promoción de la dignidad humana de los individuos y de los
miembros de sus familias”.