domingo, 10 de agosto de 2014

FRANCISCO: Ángelus dominical (Agosto 10)


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Agosto 10 de 2014). A las 12:00 horas de este domingo, el Santo Padre FRANCISCO ha rezado desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, el Ángelus dominical junto con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.


PAPA FRANCISCO


ÁNGELUS


Plaza de San Pietro 
Domingo, 10 de agosto de 2014



Queridos hermanos y hermanas, ¡Buenos días!


El Evangelio de hoy nos presenta el episodio en que Jesús camina sobre las aguas del lago (cfr Mt 14,22-33). Después de la multiplicación de los panes y de los peces, Él invita a los discípulos a subirse en una barca y a esperarlo en la otra orilla, mientras Él despide a la gente, y luego se retira solo a rezar en la montaña hasta la noche. Mientras tanto en el lago se desata una fuerte tempestad, y es ahí, en medio de la tempestad que Jesús llega a la barca de los discípulos, caminando sobre las aguas del lago. Cuando lo ven, los discípulos se espantan, piensan que es un fantasma, pero Él los tranquiliza: «¡Valor, soy yo, no tengan miedo!» (v. 27). Pedro, con su típico impulso, le pide casi una prueba: «Señor, si eres tú, ordéname de ir hacia ti caminado sobre las aguas»; y Jesús le dice: «¡Ven!»(vv. 28-29). Pedro desciende de la barca y se pone a caminar sobre las aguas; pero el viento fuerte lo embiste y comienza a hundirse. Entonces grita: «¡Señor, sálvame!» (v. 30), y Jesús le tiende la mano y lo levanta.

Esta narración es una bella imagen de la fe del apóstol Pedro. En la voz de Jesús que le dice: «¡Ven!», él reconoce el eco del primer encuentro sobre la orilla de ese mismo lago, y de inmediato, una vez más, deja la barca y va hacia el maestro. ¡Y camina sobre las aguas! La respuesta confiada y pronta a la llamada del Señor hace realizar siempre cosas extraordinarias. Pero,Jesús mismo nos decía que nosotros somos capaces de hacer milagros con nuestra fe, la fe en Él, la fe en su palabra, la fe en su voz. En cambio Pedro comienza a hundirse en el momento que deja de mirar a Jesús y se deja envolver por las adversidades que lo rodean. Pero el Señor esta siempre ahí, y cuando Pedro lo invoca, Jesús lo salva del peligro. En el personaje de Pedro, con sus impulsos y sus debilidades, viene descrita nuestra fe: siempre frágil y pobre, inquieta y todavía victoriosa, la fe del cristiano camina al encuentro del Señor resucitado, en medio de la tempestad y los peligros del mundo.

Es muy importante también la escena final. «Apenas subieron en la barca, el viento cesó. Aquellos que estaban en la barca se postraron delante de Él, diciendo: “¡De verdad tu eres el Hijo de Dios!» (vv. 32-33). En la barca están todos los discípulos, acomunados por la experiencia de la debilidad, de la duda, del miedo, «de la poca fe». Pero cuando sobre aquella barca sube Jesús, el clima cambia de inmediato: todos se sienten unidos en la fe en Él. Todos pequeños y atemorizados, se hacen grandes en el momento en el cual se arrojan de rodillas y reconocen en su maestro al Hijo de Dios. ¡Cuantas veces también a nosotros nos sucede lo mismo! Sin Jesús, lejos de Jesús nos sentimos temerosos e inadecuados a punto de pensar que no podemos salir adelante. ¡Falta la fe!. Pero Jesús está siempre con nosotros, quizás escondido, pero siempre presente y listo para socorrernos.

Esta es una imagen clara de la Iglesia: una barca que debe afrontar la tempestad y a veces parece que esta a punto de ser hundida. Aquello que la salva no es la calidad o el valor de sus hombres, sino la fe, que le permite caminar incluso en la oscuridad, en medio de las dificultades. La fe nos da la seguridad de la presencia de Jesús siempre al lado, de la mano para aferrarnos y alejarnos del peligro. Todos nosotros estamos en esta barca, y aquí nos sentimos seguros no obstante nuestros límites y nuestras debilidades. Estamos seguros sobre todo cuando sabemos ponernos de rodillas y adorar a Jesús, el único Señor de nuestra vida. A esto nos llama siempre nuestra Madre, la Virgen. A ella nos dirigimos.

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Después del Ángelus


Queridos hermanos y hermanas

nos dejan incrédulos y consternados las noticias que llegan de Irak: miles de personas, entre ellos tantos cristianos, expulsados de sus hogares de una manera brutal; niños que mueren de sed y de hambre durante la fuga; mujeres secuestradas; personas masacradas; violencias de todo tipo; destrucción por todas partes, destrucción de casas, de patrimonios religiosos, históricos y culturales. ¡Todo esto ofende gravemente a Dios y a la humanidad! ¡No se puede odiar en nombre de Dios! ¡No se hace la guerra en nombre de Dios! Todos nosotros, pensando en esta situación, en esta gente, recemos en silencio...


(silencio)


Agradezco a quienes, con valentía, están brindando socorro a estos hermanos y hermanas, y confío en que una eficaz solución política a nivel internacional y local pueda detener estos crímenes y restablecer el derecho. Para asegurar mejor mi cercanía a esas queridas poblaciones he nombrado como mi Enviado Personal a Irak al Cardenal Fernando Filoni, que mañana partirá desde Roma.

También en Gaza, después de una tregua, se ha reanudado la guerra que se cobra víctimas inocentes, niños... y no hace más que empeorar el conflicto entre Israelitas y Palestinos.

Oremos juntos al Dios de la paz, por intercesión de la Virgen María: Dona la paz, Señor, a nuestros días, y haz que seamos artífices de justicia y de paz. ¡María, Reina de la paz, ruega por nosotros!

Oremos también por las víctimas del virus "ébola" y por aquellos que están luchando para detenerlo».

Saludo a todos los peregrinos y fieles romanos, en particular a los jóvenes de Verona, Cazzago San Martino, Sarmeola y Mestrino, a los jóvenes de Treviso. El próximo miércoles hasta el lunes, 18 va a realizar un Viaje Apostólico a Corea, y pidió ¡por favor, acompáñenme con la oración!

Desde el miércoles próximo hasta el lunes 18 realizaré un Viaje Apostólico a Corea, ¡por favor, acompáñenme con la oración, la necesito! Gracias. A todos les deseo un buen domingo y una buena comida. Adiós.

 
(Traducción del original italiano por http://catolicidad.blogspot.com)