El Paso, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (Agencia Fides, 20/07/2017) - El Obispo de la Diócesis de El Paso, Texas, Su
Exc. Mons. Mark J. Seitz, ha denunciado en una larga carta pastoral
publicada el 18 de julio, la satanización de los inmigrantes, la
militarización de la frontera y el sistema de inmigración que divide a
familias enteras. En la carta titulada “El dolor y el luto huyen”, Mons.
Seitz, cuya diócesis se encuentra en la frontera sureste de Texas,
sostiene que la seguridad del país no puede ser utilizada como una
“excusa para construir muros y cerrar la puerta a los migrantes y
refugiados”. El obispo pide a los católicos que escuchen las enseñanzas
de la Iglesia para acoger a los inmigrantes: “Dios ha creado un mundo
donde hay espacio para todos en el banquete de la vida”.
“No quiero reemplazar a la política con la enseñanza de la Iglesia, sino
que como pastor, mi deber es el del Evangelio de Jesucristo”, y la
Biblia es clara: “Tratad al forastero que reside entre vosotros como si
se tratara de uno nacido entre vosotros”. Mons. Seitz también critica el
sistema que “permite a algunos detener a los seres humanos con fines de
lucro”, mientras destruye “el compromiso histórico del país hacia los
refugiados y solicitantes de asilo”.
La carta pastoral, recibida por la Agencia Fides, contiene varios
ejemplos del mismo obispo en relación con los migrantes, para hacer
reflexionar sobre la situación de vida de las comunidades fronterizas y
de la población de América Central en el “viaje de la esperanza”.
Repropone también la visita del Santo Padre a la frontera el año pasado,
pero desde entonces las cosas no han cambiado.
Mosn. Seitz afirma que a pesar de que el sistema de inmigración está
fuera de uso, no se ha resuelto en gran parte debido a que “los líderes
elegidos aún no han encontrado el valor moral de poner en marcha una
reforma migratoria completa y permanente” y los migrantes no deberían
ser los que pagan el precio.
La carta termina con un llamamiento a la unidad: “Cada año, los fieles
de Ciudad Juarez, Las Cruces y El Paso vienen a celebrar la misa en la
frontera. Estamos divididos por un muro o un río, por una economía de
exclusión y por políticas de inmigración injustas; pero a pesar de todo
lo que nos divide, esta celebración es un recordatorio alegre de que la
Eucaristía de Cristo construye la nueva humanidad, reuniéndonos juntos
en la nueva Jerusalén”.