Ávila, ESPAÑA (Agencia Fides, 22/07/2017) – “Nuestros desafíos pasan por seguir
evangelizando el mundo del trabajo, anunciando la buena noticia que
supone el proyecto de humanización que dios tiene para todos y situando a
la persona, a su imagen y semejanza, en el centro de todas las
preocupaciones”: así se lee en uno de los pasajes del documento final
del seminario internacional y de la asamblea general del movimiento
mundial de trabajadores cristianos (MMTC), que se ha celebrado de 15 al
21 de julio en la Universidad de Mística de Ávila, en el que han
participado los delegados de 42 naciones junto con las autoridades,
expertos y responsables de las organizaciones de trabajadores y de
sindicatos.
El MMTC celebra este año 50 años de actividad, como recuerda el
documento final: “damos gracias a Dios, por estos 50 años de presencia
cristiana en el mundo del trabajo y de camino al lado de tantos hermanos
trabajadores, compartiendo sus gozos y esperanzas, sus alegrías y sus
penas.
Nos sentimos acompañados en nuestra tarea evangelizadora por el papa
Francisco, que en su mensaje a los participantes de este encuentro, a
través del obispo de Ávila, nos emplaza a un 'renovado impulso para
acercar el Evangelio al mundo del trabajo y también para que la voz de
los trabajadores siga resonando en el seno de la Iglesia', y a 'luchar
para que todo el mundo viva conforme a su dignidad y nadie se vea
descartado’.”
Conocedores de sus propias limitaciones peo también del compromiso de
otras importantes realidades, “el Movimiento Mundial de Trabajadores
Cristianos quiere seguir creciendo, en alianza con otras realidades,
para ir construyendo un mundo más justo, solidario y sostenible.
Ofrecemos nuestro compromiso, nuestro trabajo y nuestras luchas, a todos
los trabajadores del mundo, desde el ámbito local, regional y global
para responder a nuestra misión evangelizadora y, con ello, adecuar la
organización del MMTC para responder mejor a esta tarea”.
A continuación se enumeran una serie de compromisos como los siguientes:
Fortalecer nuestro estilo de vida militante, nuestra formación y
Revisión de Vida, en coherencia con nuestra fe en Jesucristo, el
Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia. Impulsar la relación entre
los movimientos y el ministerio pastoral. Analizar la situación
regional de los trabajadores y las trabajadoras, para establecer
dinámicas de trabajo que denuncien las situaciones de vulnerabilidad de
derechos y protejan la dignidad de la persona. Promover la igualdad de
oportunidades para hombres y mujeres en todos los ámbitos. Convocar a
todos los movimientos de trabajadores cristianos a sumarse a la Jornada
Mundial por el Trabajo Decente (7 octubre). Exigir un trabajo decente
para todos. Reclamar a los Estados a que garanticen un salario social o
renta de ciudadanía, que evite el descarte de millones de personas, en
los caso de que no se garantice el acceso a un trabajo decente.