Santiago, CHILE (Agencia Fides, 25/07/2017) – Tras la aprobación del proyecto de ley por
parte del Senado chileno que despenaliza la interrupción voluntaria del
embarazo en tres casos particulares, “después vendrá la ley de la
eutanasia, y así”, estas leyes “ contrarias a la persona humana, al
orden natural querido por Dios y a la misma fe católica” han sido
aprobadas con el voto de los partidos de izquierdas, incluida la
democracia cristiana, subraya Su Exc. Mons. Francisco Javier Stegmeier
Schmidlin, obispo de Villarrica, que se pregunta que tenemos que hacer
ahora “los que estamos por la vida y la familia y en contra de la
cultura de la muerte”.
En el comunicado de la Conferencia episcopal chilena, recibido en la
Agencia Fides, el obispo hace una lista de siete acciones. En primer
lugar “rezar al Señor por la conversión de los abortistas y por la
pronta derogación de la ley. Apoyar a la mujer con un embarazo
vulnerable y participar en instituciones dedicadas a esto. Estudiar los
fundamentos (genéticos, biológicos, antropológicos, estadísticos...) del
por qué todo niño tiene derecho a nacer y también los efectos del
aborto en la madre, en la familia y en la sociedad. Ser siempre y en
todo lugar militantes pro vida y pro familia”. Participar en los
movimientos pro vida y en sus actividades. Usar un lenguaje adecuado: no
hablar de 'embrión' y 'feto', sino de 'niño', 'persona'. Votar sólo por
candidatos pro vida.
El Comité permanente de la Conferencia episcopal chilena, en una
declaración que lleva la fecha del 21 de julio, afirma que “el proyecto
de ley aprobado nos parece un retroceso que instala y legitima en la
sociedad chilena una discriminación injusta hacia seres humanos
indefensos, cuya vida el Estado está llamado a garantizar y proteger”.
Para los obispo no es una respuesta humanizadora y civilizadora frente
al drama mayor que viven las mujeres en las situaciones límite que las
causales refieren: peligro de vida para la madre, malformaciones en el
feto o violación. “En vez de desplegar los mayores esfuerzos por ambas
vidas humanas igualmente dignas - la de la madre y la del hijo que
espera -, ahora en Chile habrá niños y niñas considerados 'descartables', como ha llamado el Papa Francisco a todos los seres humanos que la
sociedad margina porque 'incomodan' o porque no son considerados dignos
de vivir”.
Los obispos están doloridos por el voto a favor expresado por los
parlamentarios que dicen ser cristianos, y recuerdan lo afirmado en su
mensaje del 25 de marzo de 2015, titulado “El derecho humano a la vida,
una vida digna para cada persona”.
“En un momento en que necesitamos recuperar la confianza, las
autoridades políticas son las primeras llamadas a testimoniar coherencia
entre las convicciones éticas que proclaman y el actuar público que
desarrollan” está escrito en el mensaje, que termina con estas palabras:
“Como Iglesia somos respetuosos de la actuación de los poderes del
Estado en el contexto de la democracia. Con transparencia hemos ofrecido
nuestra mirada en todas las instancias pertinentes, a través de
personas e instituciones que seguirán trabajando en favor de la vida.
Ante cada drama humano, los católicos continuaremos proclamando el amor
infinito de Dios, que en la resurrección de su Hijo Jesucristo nos
brinda la fuente de nuestra promoción de toda vida humana y de su
dignidad”.