Santiago, CHILE (Agencia Fides, 22/07/2017) - “Esperamos que, con el liderazgo de las 
autoridades de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, pasemos 
del actual contexto de indignación, de críticas y acusaciones cruzadas a
 la resolución urgente y clara de medidas que efectivamente pongan en el
 centro el bienestar y la vida de los niños y niñas, entendiendo que son
 sujetos de derecho y que el cuidado de su dignidad debería ser una 
prioridad efectiva para el quehacer del Estado, como garante de sus 
derechos, y de la sociedad en su conjunto”. Lo escriben el Presidente de
 la Conferencia Episcopal de Chile, Su Exc. Mons. Santiago Silva 
Retamales, obispo castrense, y Su Exc. Mons. Pedro Ossandón Buljevic, 
obispo auxiliar de Santiago, Presidente del área pastoral social 
Cáritas, en un documento titulado “El urgente compromiso con la dignidad
 de nuestros niños y niñas”.
En el texto, recibido en la Agencia Fides, está escrito que “vuelve a 
aparecer entre nosotros el dolor de tantos niños y niñas vulnerados en 
sus derechos que, en lugar de recibir el amparo y protección de parte de
 nuestra sociedad y de los organismos del Estado, son afectados por 
graves situaciones de maltratos, abusos y hasta muerte”. La situación 
del Sename (Servicio nacional de menores) y de otros organismos 
“constituye un drama que se extiende desde hace décadas y que demuestra 
una responsabilidad grave, no sólo de los poderes de Estado, sino de 
toda la sociedad chilena. Está claro que no hemos sabido cuidar de 
nuestros niños, de los actuales y futuros jóvenes”. 
Esta grave realidad ha sido denunciada muchas veces en el pasado por 
personas e instituciones, y también por la iglesia. “Nos importa que se 
acojan propuestas que desde hace años se vienen planteando sobre esta 
materia” escriben los obispos, refiriéndose entre otras cosas a la 
capacidad para atender la magnitud y complejidad de la situación de la 
infancia; a la falta de recursos (se estima que la subvención estatal 
alcanza a cubrir apenas entre el 40% y el 60% de las necesidades 
reales); a la falta de estándares de calidad para una adecuada gestión 
de los organismos colaboradores; a las debilidades de la ley de 
adopciones vigente; al aumento de los problemas de salud mental y trastornos psiquiátricos en los 
menores a los que no se ofrecen respuestas adecuadas; a un diseño de 
implementación de una línea de trabajo que refuerce la capacidad de 
familias y comunidades para prevenir y acoger e insertar a niños y niñas
 vulnerados en sus derechos; a garantizar al Sename los recursos 
necesarios.
“En este escenario – escriben los obispos -, es importante señalar que 
no bastan mejorías parciales a un sistema que hay que pensar desde sus 
bases y que requiere de cambios muy radicales para cumplir una función 
tan delicada para la niñez y el conjunto de la sociedad”. En la parte 
final, los obispos expresan su aprecio por los esfuerzos realizados por 
las instituciones de Chile en favor del bienestar e integridad de los 
más marginados y vulnerados y su compromiso con el respeto de su 
dignidad y derechos. “Desde hace décadas muchas instancias religiosas 
han volcado su misión evangelizadora al servicio y acompañamiento de la 
niñez y la juventud vulnerada, en medio de complejas dificultades de 
financiamiento y trabas de diversa índole que el sistema pone a su 
labor. A pesar de ello, seguimos convencidos de que parte de nuestra 
misión evangelizadora es acoger a los más pequeños del Señor y 
esforzarnos por ofrecerles ambientes sanos, seguros y confiables par
a que se
desarrollen y contribuyan al bien común de Chile”.