Surabaya, INDONESIA (Agencia Fides, 14/05/2018) - El martes 13 de mayo de 2018, se han
producido tres atentados contra tres iglesias en la ciudad de Surabaya,
en la parte oriental de la isla de Java, justo antes de que comenzaran
las misas dominicales. La primera explosión tuvo lugar en la iglesia
católica de María Inmaculada a las 7.15 de la mañana. La segunda frente a
una iglesia pentecostal y la tercera frente a la Iglesia de Cristo
(anglicana), a cinco minutos de distancia del primer atentado. Además
otro nuevo ataque ha ocurrido en una estación de policía en Surabaya
hoy, lunes 14 de mayo: el balance total de las víctimas de los dos días
de violencia, según lo informado por las autoridades, es de 25 muertos
(de los cuales 13 son terroristas) y más de 50 heridos.
Según el jefe de la policía de Indonesia, Tito Karnavian, “los autores
de los ataques contra las iglesias son todos miembros de la misma
familia: padre, madre, dos hijos y dos hijas, involucrados en el ataque.
Hemos identificado al grupo Jemaah Ansharut Daulah (JAD) como el
organizador del atentado”.
Estos actos han generado miedo y dolor en la comunidad cristiana
indonesia. El párroco de la iglesia de María Inmaculada, p. Alejo kurda
Irianto, dice a Fides que la explosión frente a su iglesia a causado la
muerte de cinco personas: tres eran feligreses suyos y los otros dos
eran terroristas jóvenes. Además hay varios heridos. Después de la
explosión, dice el padre Irianto, “los católicos en la diócesis de
Surabaya, y en particular, los feligreses de la Inmaculada Concepción
viven un profundo dolor, pero la Iglesia Católica no tiene miedo del
terror”. Entre las víctimas católicas está Aloysius Bayu, un joven
bautizado que se acababa de casar, y que era coordinador del servicio de
seguridad de la parroquia, “ha muerto para bloquear la moto de los dos
kamikazes, de lo contrario la explosión habría causado un número de
víctimas enorme”, explica el párroco. “Denunciamos enérgicamente tal
terror y rechazamos todas las formas de violencia, porque son
incompatibles con la dignidad de la vida humana y se oponen a cualquier
enseñanza religiosa” añade el p. Irianto.
“A pesar de nuestra profunda tristeza -dice el padre Irianto-,
perdonamos a los perpetradores de los crímenes y oramos por los
culpables y organizadores de estos actos horribles: que el Señor ilumine
sus mentes”. El sacerdote alienta a todos los católicos de la diócesis
de Surabaya y a los feligreses de la Inmaculada a mantener la calma:
“Que las personas permanezcan vigilantes y no se dejen provocar por
amenazas o violencia -señala- y continúen realizando buenos actos de
amor hacia cualquiera, de acuerdo con el Evangelio enseñado por el Señor
Jesús”. “Hoy, aunque sufrimos y estamos de luto, estamos llamados a
donar nuestro perdón sincero: este es el camino hacia un futuro próspero
de la nación indonesia” concluye el párroco.