Buenos Aires, ARGENTINA (Agencia Fides, 17/07/2019) - En 2018 se produjo un aumento
significativo de la pobreza multidimensional en Argentina en un contexto
de alta inflación y estancamiento económico: 33,6% de los argentinos
están por debajo del umbral de pobreza. Según datos de la Encuesta de
Deuda Social Argentina (EDSA), en el tercer trimestre de 2018, 4,2% de
las familias y 6,1% de las personas se encontraban en situación de
necesidad. En el mismo período 25,6% de los hogares y 33,6% de las
personas se encontraban por debajo del umbral de pobreza. Los resultados
obtenidos muestran una interrupción en la tendencia hacia la
recomposición de las condiciones económicas de las familias que se había
puesto de relieve durante 2017.
Estos son algunos de los indicadores de la situación social contenidos
en el informe titulado ‘Pobreza monetaria y vulnerabilidad de los
derechos. Desigualdades en las condiciones materiales de vida de las
familias en la Argentina urbana (2010-2018)’, presentado por el
Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina
(ODSA UCA), junto con el Defensor del Pueblo de la Nación, la Fundación
La Nación, el Banco de Galicia y el Defensor del Pueblo de la Provincia
de Buenos Aires. El estudio, según la nota recibida por la Agencia
Fides, pretende mostrar la evolución de la pobreza y la indigencia en el
país con un enfoque multidimensional.
Si la condición de pobreza afectaba a 3 de cada 10 personas, ese
porcentaje ascendía a casi 5 de cada 10 entre los niños menores de 17
años. Los niños y adolescentes fueron los más afectados en cuanto a la
evolución de las tasas de pobreza y de pobreza. Por otro lado, 62% de
las familias presentaban al menos una falta de derechos sociales y
económicos en 2018.
En una reciente entrevista con Radio María, el vicario general de la
archidiócesis de Rosario, mons. Emilio Cardarelli, afirmó que se ha
producido un "aumento bastante significativo" de la demanda de
alimentos, estimado entre 25 y el 30 por ciento, según el voluntariado
activo en las comunidades cristianas, y esto "se observa, en general, en
los barrios más humildes, donde la ayuda de la Caritas parroquial se ve
con mayor incidencia". Mons. Cardarelli pidió políticas de Estado
capaces de revertir esta situación social y económica, e invitó a la
clase política a dialogar para buscar un acuerdo. "Hay mucha
solidaridad, pero son sólo medidas paliativas que no resuelven el
problema de fondo", subrayó, refiriéndose a las campañas realizadas para
ayudar a las personas que viven en la calle.