CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 29/07/2019) - El nuevo Colegio Redemptoris Mater para la Evangelización en Asia, con
sede en Macao, es “fruto de la creatividad apostólica que mira a la
evangelización de ese continente y expresa el deseo de descentralización
de la Congregación de Propaganda Fide”. Son las palabras del cardenal
Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de
los Pueblos, en una entrevista con Fides. El cardenal recuerda que en la
historia de la misión de la Iglesia “se han puesto en marcha muchas
formas y métodos para el anuncio del Evangelio en Asia: el compromiso
histórico de las grandes órdenes religiosas como los Jesuitas, los
Dominicos y los Franciscanos; la actividad de muchos institutos
misioneros específicos; el envío de sacerdotes fidei donum o la
colaboración misionera interdiocesana; y las formas de cooperación
misionera entre las iglesias de algunas naciones o entre metrópolis.
Ahora el Espíritu Santo sugiere una
nueva forma, que estamos listos para poner en marcha”.
Eminencia, ¿cuáles son las razones que llevaron a la Congregación a impulsar la apertura del nuevo Colegio?
Queríamos responder a la invitación de Juan Pablo II quien a comienzos
del nuevo milenio dijo que Asia sería el vasto continente pendiente de
ser evangelizado. Es un continente muy complejo, cuna de grandes
religiones y sensibilidades culturales muy marcadas. El anuncio del
Evangelio en Asia requiere de sus propias características, como un
conocimiento profundo de diferentes contextos e idiomas. Sin embargo, la
conciencia de esta complejidad no exime a los cristianos de hacer que
la Buena Nueva esté viva y presente. El Evangelio es para todos, así
Cristo nos lo dio, así lo anunciamos hoy.
La Congregación de Propaganda Fide, de acuerdo con la petición del
Camino Neocatecumenal, quiso reflexionar sobre cómo hacer suyo este
llamamiento a la evangelización de Asia. Quisiera recordarles que la
idea de establecer el Colegio Urbano en 1627, por el Papa Urbano VIII,
fue un precursora de este deseo. Con él se pretendía llevar a jóvenes de
varios continentes a Roma para una formación teológica y espiritual
adecuada y, habiendo adquirido una buena preparación, entonces enviarlos
de nuevo a sus territorios de origen para dedicarse a la
evangelización. El Colegio Urbano todavía existe hoy y ha estado
funcionando durante cuatro siglos. El Papa Francisco ha retomado la
intuición de Juan Pablo II señalando que la Iglesia está llamada a
“salir”, a abrirse y no a mirarse a sí misma. Por lo tanto, pensamos que
muchas instituciones católicas, también las que están a cargo de la
educación y la educación, pueden establecerse en distintos continentes
contribuyendo
así a esta descentralización. Con este espíritu hemos querido crear un
Colegio en Asia para la formación de sacerdotes destinados a Asia.
¿Puede explicar por qué se confió al Camino Neocatecumenal y por qué Macao fue elegida como sede?
El Camino Neocatecumenal ofreció su disponibilidad y se puso a
disposición de la Congregación de Propaganda Fide, que tiene la
responsabilidad legal directa del Colegio, su larga experiencia en la
formación de futuros sacerdotes para la misión en Asia. Así nació el
nuevo Colegio Redemptoris Mater, cuya naturaleza específica es la
formación de sacerdotes misioneros que se ocuparán de la evangelización
en los territorios de Asia.
Macao ha representado históricamente la “puerta” o el “puente” para la
misión de la Iglesia en Oriente. En los siglos pasados ha sido centro
cultural y religioso como territorio gobernado por la corona portuguesa.
Su importancia es bien conocida como un centro de promoción de la
evangelización en el Lejano Oriente. Misioneros extraordinarios como
Matteo Ricci, Alessandro Valignano, Francisco Javier y muchos otros
evangelizadores han pasado por esta “puerta” para entrar en la misión en
Asia. Basta con decir que en 1576, recién erigida, la diócesis de Macao
se extendió, al menos en papel y durante cierto tiempo, a China, Japón,
el actual Vietnam y el archipiélago malayo, como se llamaba entonces.
Macao se convirtió en un gran centro de formación misionera. Retomando
estos antecedentes preguntamos al obispo local, Stephen Lee Bun Sang, si
estaría dispuesto a albergar el nuevo Colegio y él, después de
consultar a los sacerdotes de la diócesis, confirmó la
disponibilidad de la diócesis.
Pero el Colegio, aunque tiene su sede en Macao, no depende del obispo
local. Los nombramientos y la autoridad siguen siendo la prerrogativa
directa de Propaganda Fide que, según el Concilio Vaticano II, tiene la
tarea de promover la evangelización en el mundo. Es un primer paso en
esta perspectiva de descentralización según al cual quizá el día de
mañana puedan nacer otros Colegios de este tipo promovidos por la
Congregación en otros continentes. Cabe señalar que nuestra Congregación
ya tiene la responsabilidad del Colegio Urbano, que da recibe en Roma a
170 estudiantes de Asia y África. Y hay otros seminarios relacionados
con Propaganda Fide en el mundo, como el Seminario de Vicariatos
Apostólicos en Colombia o varios seminarios interdiocesanos en
diferentes países. Hoy, el nuevo Colegio de Macao es el fruto de una
iniciativa y una modalidad misionera especial que el Papa Francisco
alentó y aprobó. Los futuros sacerdotes se convertirán en una valiosa
ayuda pastoral
para las Iglesias locales. No pertenecen a una fraternidad apostólica ni
a un instituto religioso y al final de su viaje de formación, serán
incardinados en las diversas diócesis de destino según las necesidades y
peticiones de los obispos asiáticos. Y a partir de ahora podrán
estudiar los idiomas y culturas locales de los países en los que, de
acuerdo con las autoridades del Colegio, estarán destinados al servicio
pastoral y apostólico.
¿Cuáles son tus deseos y esperanzas para la vida de este nuevo Colegio?
Nos complace promover una institución con nuevas características que
responde al deseo y la visión misionera del Papa Francisco, que es un
punto fundacional y calificador de su pontificado. Tenemos la intención
de responder a la llamada de Cristo de anunciar el Evangelio hasta los
confines de la tierra. En la historia de la misión de la Iglesia, se han
puesto en marcha muchas formas y métodos para el anuncio del Evangelio
en Asia: el compromiso histórico de las grandes órdenes religiosas como
los Jesuitas, los Dominicos y los Franciscanos; la actividad de muchos
institutos misioneros específicos; el envío de sacerdotes fidei donum o
la colaboración misionera interdiocesana; y las formas de cooperación
misionera entre las iglesias de algunas naciones o entre metrópolis.
Ahora el Espíritu Santo sugiere una nueva forma, que estamos listos para
poner en marcha. Confiamos este trabajo a las manos de María, Madre del
Redentor, y de San José, Custodio de la Sagrada Familia
de Nazaret. Y pedimos la intercesión de los santos y mártires que dieron
sus vidas por la propagación del Evangelio en Asia.