Karachi, PAKISTÁN (Agencia Fides, 17/07/2019) - "La sociedad civil no puede ignorar la
responsabilidad de los gobernantes de garantizar un acceso justo a las
libertades civiles y a la justicia para todos los ciudadanos. Hoy en día
es esencial introducir una legislación ad hoc para la protección de las
minorías religiosas en Pakistán, especialmente para contrarrestar el
fenómeno de las conversiones forzadas al Islam". Así lo expresó el
católico Peter Jacob, activista de derechos humanos y presidente del
Centro de Justicia Social (CSJ) de Pakistán, a la Agencia Fides,
comentando los recientes episodios de violencia y abuso cometidos contra
jóvenes mujeres cristianas y otros miembros de comunidades minoritarias
en la nación.
La familia de Saima Sardar, una enfermera cristiana de Faisalabad, que
en los últimos días se negó a convertirse al Islam y a casarse con un
musulmán, Muhammad Idrees, que la mató, sigue conmocionada. Según datos
recogidos por fuentes de la Agencia Fides, en Pakistán, el fenómeno de
las conversiones forzadas afecta oficialmente cada año a más de mil
niñas, hindúes y cristianas, pero estos son solo los casos denunciados,
que salen a la luz.
Mientras la indignación de la población por el fenómeno de las
conversiones forzadas crece, el Parlamento de la Provincia de Sindh
adoptó ayer, 16 de febrero, por unanimidad, una resolución en la que se
pide "que se ponga fin a esta práctica y que se tomen medidas contra las
personas implicadas".
En su conversación con Fides, Jacob sostuvo: "La Comisión para las
minorías en la provincia de Sindh sigue inactiva mientras que el
gobierno federal y otros gobiernos provinciales aún no han aprobado la
ley para establecer comisiones especiales para los derechos de las
minorías", haciendo caso omiso de la disposición de la Corte Suprema del
19 de junio de 2014. "El gobierno federal debería considerar la
posibilidad de promulgar leyes contra la conversión para frenar el
triste fenómeno de los secuestros y las conversiones forzadas de niñas
hindúes y cristianas al islam". Acerca de la protección de las minorías
religiosas, Jacob añadió que "no hay voluntad política de los
responsables de la toma de decisiones y de las instituciones, por
indiferencia o ineptitud".
El abogado Ali Palh, un conocido activista de derechos humanos, también
expuso su preocupación por el aumento incontrolado de la incidencia de
las conversiones forzadas y dice: "Es hora de que el gobierno introduzca
garantías legales concretas para prevenir los matrimonios y las
conversiones forzadas, manipuladas o impuestas de la fe", esperando una
intervención más cuidadosa de los tribunales. Kalpana Devi, activista
hindú, está de acuerdo y llama a la "coordinación interministerial y a
prevenir la violencia, investigar y perseguir el fenómeno de las
conversiones forzadas".
Chaman Lal, activista hindú y estudioso del fenómeno, dijo a Fides: "Las
conversiones forzadas de mujeres jóvenes de minorías a menudo van
acompañadas de crímenes de injusticia económica, violencia de género y
crímenes relacionados con la libertad religiosa. Algunas figuras
influyentes promueven o facilitan este fenómeno, manipulando impunemente
los procedimientos legales. Además, en cualquier procedimiento
judicial, el resultado de las audiencias es favorable a los autores de
la violencia y no a las víctimas".