MALASIA (Agencia Fides, 18/07/2019) - Las comunidades indígenas de Malasia piden al gobierno
que ponga fin a la práctica de la conversión forzada al Islam y que
muestren su respeto por la cultura, la religión y las tradiciones de sus
pueblos. Es lo que la Agencia Fides recoge de fuentes locales que
cuentan la situación de los “orang asli”, los nativos no malasios,
originarios de la península de Malasia, que contestan la presencia
invasora del Islam que “diluye su forma de vida y su cultura”.
Según la información llegada a la Agencia Fides, un grupo de “orang
asli” entregó recientemente un memorando al parlamento federal de
Malasia instando al gobierno del primer ministro Mahathir Mohamad a
“detener la práctica de enviar predicadores musulmanes para convertir a
su comunidad al Islam”.
El portavoz del grupo, Anjang Aluej, dijo que “esta clase de
proselitismo está en marcha desde hace muchos años. Muchos de nuestros
miembros se sorprendieron al descubrir que habían sido registrados como
'musulmanes' en sus documentos de identidad. Este es un delito grave
porque para una conversión religiosa debe haber un consentimiento previo
y se nos debe consultar antes de cualquier cambio en nuestros
documentos”, aseguró quejándose de esta violación de la libertad
religiosa.
“Es como si no tuviéramos la libertad de elegir nuestra religión. No
solo estamos perdiendo lentamente nuestra tierra, nuestras tradiciones,
sino también nuestra identidad”.
Y señaló que los pastores de la comunidad cristiana y las denominaciones
que “vienen a nuestras aldeas para difundir la fe cristiana” también
caen en la tentación del proselitismo.
El portavoz aseguró que “incluso los niños sufren discriminación e
intimidación en las escuelas públicas”. El memorando también destaca
actividades como la deforestación y la minería en tierras ancestrales
que ponen en riesgo la vida de las comunidades locales. La comunidad de
orang asli descubrió que el gobierno planeaba construir algunas presas
hidroeléctricas cerca de sus aldeas, obligándoles a abandonar sus
hogares y pidió que detuvieran esos proyectos. El grupo observó que las
autoridades de Malasia no ha impedido la colonización continua de
individuos y empresas en su territorio.
Además, las iniciativas patrocinadas por el gobierno, como los programas
de planificación de nacimientos, que incluían la distribución de
medicamentos, “no se explicaron adecuadamente y la comunidad los vio con
sospecha”.
Las condiciones de vida de los orang asli se conocieron a raíz de la
muerte de 12 personas indígenas causada por el sarampión. El Ministerio
de Sanidad de Malasia reconoció que los aldeanos padecían malnutrición y
no estaban vacunados.
Los orang asli (los aborígenes de Malasia) incluyen a varios grupos
étnicos no malasios, indígenas de la península de Malaca y de las islas
vecinas. Están registradas oficialmente en 18 tribus, agrupadas en tres
grupos principales. Tradicionalmente animistas, varios miembros de la
comunidad han abrazado el Islam o el cristianismo, ambos credos
promovidos por predicadores musulmanes o pastores de grupos evangélicos
cristianos.