Quito, ECUADOR (Agencia Fides, 18/07/2019) – Durante dos días, la huelga general paralizó a
Ecuador, y la población salió a las calles para protestar contra la
corrupción de la clase política y las políticas económicas del
presidente Lenin Moreno. Las diversas marchas presentaron carteles
contra las últimas disposiciones del gobierno: despidos, recortes en
salud y educación, un aumento en el costo de la vida y la gasolina.
Estas son solo algunas de las razones que llevaron a la protesta general
que está uniendo a toda la población para marchar cada noche en las
principales plazas del país.
Ayer agricultores, trabajadores y transportistas, prácticamente la
fuerza laboral de Ecuador, salieron a las calles para hacer oír su voz
contra el presidente Lenín Moreno, también acusado de la posible reforma
del mercado laboral y los acuerdos de crédito con el FMI (Fondo
Monetario Internacional).
Las manifestaciones han alcanzado un nivel internacional: algunas
carreteras nacionales, particularmente en Quito y Manabí, han sido
completamente bloqueadas por los manifestantes, mientras que los
ecuatorianos que viven en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut han
protestado frente a las oficinas del Fondo Monetario Internacional, en
el centro de Manhattan.
La Conferencia Episcopal de Ecuador envió hace unos días a Fides una
nota preparada por Radio Latacunga, estación de radio de la diócesis
homónima, que denunció el cierre del hospital Claudio Benati, ubicado en
el territorio de la parroquia de Zumbahua, con detalles de las
consecuencias de esta falta de servicio de salud para la población entre
Ambato y Quito.
Después de más de 25 años de actividad, el hospital se ha desarrollado
en varias direcciones. Además del diseño interior, que se ha enriquecido
con un quirófano, un moderno laboratorio de análisis y una clínica de
fisioterapia, el servicio de visitas domiciliarias para ancianos, los
niños con enfermedades crónicas y desnutridos se ha vuelto cada vez más
importante y extenso, que no solo apuntan a intervenciones de salud sino
también a mejorar las condiciones de vida de muchas familias. El
hospital atiende principalmente a los pueblos indígenas Zumbahua,
Angamarca, Guangaje, Sinliví, Chugchilán. En 2018 atendió a 20,695
personas, con 1,327 hospitalizaciones, 167 partes, 92 procedimientos
quirúrgicos.
La gestión económica del hospital está respaldada por la diócesis de
Latacunga y el gobierno central de Ecuador, pero después de estos
últimos recortes en la salud, será uno de los centros de atención médica
que tendrá que cerrar debido a la falta de recursos económicos.