CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 22 de marzo de 2017).- La Audiencia General de esta mañana ha tenido lugar esta mañana a las
9:30 horas en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre FRANCISCO ha
encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y
de todos los lugares del mundo.
En su discurso el Papa, ha centrado su meditación en el tema: “Una esperanza fundada en la Palabra”. (cfr. Rm
15,1-2.4-5). Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Pontífice ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes. A
continuación ha dirigido una invitación a vivir la cita del 24 y el 25
de marzo “24 horas para el Señor” para redescubrir el sacramento de la
reconciliación.
La Audiencia General ha terminado con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica
Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Desde hace algunas semanas, el apóstol Pablo nos está ayudando a
comprender mejor en qué consiste la esperanza cristiana. Y hemos dicho
que no era optimismo, era otra cosa. Y el apóstol nos ayuda a
entenderlo. Hoy lo hace comparándola con dos actitudes muy importantes
para nuestras vidas y nuestra experiencia de fe: " la perseverancia" y "la consolación"
(vs. 4.5.). En el pasaje de la Carta a los Romanos, que acabamos de
escuchar se mencionan dos veces: primero, en referencia a las Escrituras
y después a Dios mismo. ¿Cuál es su significado más profundo, mas
verdadero? ¿Y cómo arrojan luz sobre la realidad de la esperanza? Estas
dos actitudes: la perseverancia y la consolación.
Podríamos definir la perseverancia también como paciencia:
es la capacidad de soportar, de cargar sobre los hombros, so-portar,
de permanecer fieles, incluso cuando parece que el peso se vuelva
demasiado grande, insostenible, y estamos tentados de juzgar
negativamente y de abandonar todo y a todos. La consolación, en
cambio, es la gracia de saber captar y mostrar en cada situación,
incluso en las más marcadas por la decepción y el sufrimiento, la
presencia y la acción compasiva de Dios. Ahora bien, San Pablo nos
recuerda que la perseverancia y la consolación nos las transmiten de una
manera particular las Escrituras (v. 4), es decir, la Biblia.
Efectivamente, la Palabra de Dios, en primer lugar, nos lleva a
dirigir la mirada a Jesús, a conocerlo mejor y a conformarnos a Él, a
asemejarnos más y más a Él. En segundo lugar, la Palabra nos revela que
el Señor es verdaderamente "el Dios de la perseverancia y de la
consolación” (v. 5), que permanece siempre fiel a su amor por nosotros,
es decir; es perseverante en el amor por nosotros, ¡no se cansa de
amarnos¡ Es perseverante: siempre nos ama. Y nos cuida, cubriendo
nuestras heridas con la caricia de su bondad y de su misericordia, o
sea, nos consuela. Tampoco se cansa de consolarnos.
Con esta perspectiva, se comprende también la afirmación inicial del
Apóstol: "Nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de
los débiles y no buscar nuestro propio agrado” (v. 1). Esta expresión
"nosotros los fuertes" puede parecer presuntuosa, pero en la lógica del
Evangelio sabemos que no es así; es todo lo contrario, porque nuestra
fuerza no proviene de nosotros, sino del Señor. El que experimenta en
sus vida el amor fiel de Dios y su consolación es capaz, todavía más,
tiene el deber de estar cerca de los hermanos más débiles y de hacerse
cargo de su fragilidad. Si estamos cerca del Señor, tendremos la
fortaleza para estar cerca de los más débiles, de los más necesitados y
consolarles y darles fuerzas. Esto es lo que significa. Esto podemos
hacerlo sin autocomplacencia, sino sintiéndonos sencillamente como
un "canal" que transmite los dones del Señor; y así convertirnos
concretamente, en "sembradores" de esperanza. Esto es lo que el
Señor nos pide, con esa fortaleza y esa capacidad de consolar y de ser
sembradores de esperanza. Y hoy hace falta sembrar esperanza, pero no es
fácil.
El fruto de este estilo de vida no es una comunidad donde algunos son de
"serie A", es decir, los fuertes, y otra de "serie B", es decir, los
débiles. El fruto, en cambio, es, como dice Pablo, "tener los unos con
los otros los mismos sentimientos, según Cristo Jesús" (v. 5). La
Palabra de Dios alimenta una esperanza que se traduce concretamente en el compartir, en el servicio mutuo.
Porque incluso quien es "fuerte" antes o después experimentará la
fragilidad y necesitará la consolación de los demás; y viceversa, en la
debilidad siempre se puede ofrecer una sonrisa o tender una mano al
hermano en necesidad. Y es una comunidad así que "unánime, a una voz
glorifica a Dios" (cf. v. 6). Pero todo esto es posible si se ponen en
el centro Cristo y su Palabra, porque Él es el “fuerte”. Él es quien
nos da la fortaleza, quien nos da la paciencia, quien nos da la
esperanza, quien nos da la consolación. Él es el 'hermano fuerte' que
cuida de todos nosotros: de hecho, todos necesitamos que nos cargue
sobre sus hombros el Buen Pastor y sentirnos envueltos por su mirada
tierna y atenta.
Queridos amigos, nunca agradeceremos bastante a Dios el don de su
Palabra, que está presente en las Escrituras. Ahí es donde el Padre de
nuestro Señor Jesucristo se revela como "el Dios de la perseverancia y
de la consolación." Y ahí es donde nos damos cuenta de que nuestra
esperanza no se basa en nuestras capacidades ni en nuestras fuerzas,
sino en el sostén de Dios y en la fidelidad de su amor, es decir en la
fuerza y en la consolación de Dios. Gracias.
Saludos en las diversas lenguas
Saludos en francés
Me complace dar la bienvenida a los peregrinos de lengua francesa, en
particular a los responsables de la enseñanza católica de la diócesis de
Pontoise, con el obispo Mons. Stanislas Lalanne, a los fieles de
Bélgica y Francia, así como a la comunidad del Congo-Brazzaville de
Italia. Os invito a dar gracias a Dios por el don de su palabra, a ser
cada vez más conscientes de que nuestra esperanza se basa en la
fidelidad de su amor. ¡Dios os bendiga!
Saludos en inglés
Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de
hoy, especialmente a los procedentes de Inglaterra, Dinamarca, Noruega y
Estados Unidos de América. Espero que nuestra celebración de Cuaresma
sea para vosotros y vuestras familias un tiempo de gracia y de
renovación espiritual, lleno de alegría y paz en el Señor Jesús.
Dirijo mi cordial saludo a los participantes en la Conferencia sobre el tema “Watershed: Replenishing Water Values for a Thirsty World”
promovido por el Consejo Pontificio para la Cultura y por el Capítulo
Argentino del Club de Roma. Precisamente hoy se celebra el Día Mundial
del Agua, establecido hace 25 años por las Naciones Unidas, mientras
ayer era el Día Internacional de los Bosques. Estoy contento de este
encuentro, que marca una nueva etapa de compromiso conjunto de varias
instituciones para sensibilizar sobre la necesidad de proteger el agua
como un bien común, evidenciando también su significado cultural y
religioso. Aliento en particular vuestro esfuerzo en el campo de la
educación, con propuestas dirigidas a niños y jóvenes. ¡Gracias por todo
lo que hacéis, y que Dios os bendiga!
Saludos en alemán
Dirijo un cordial saludo a todos los peregrinos de lengua alemana. Hace
unos días celebramos la Solemnidad de San José, que es un modelo de
esperanza y perseverancia. ¡Cuántas dificultades ha superado con la
confianza en Dios! Así trasnmitió a la Sagrada Familia el consuelo de
las promesas del Señor. Por su intercesión, Dios nos conceda el don de
la solidaridad y su bendición.
Saludos en español
San Pablo continúa ayudándonos a comprender mejor en qué consiste la
esperanza cristiana. Hoy señala dos actitudes importantes para nuestra
vida y nuestra experiencia de fe. La perseverancia o paciencia
es la capacidad de soportar, de permanecer fieles, sobre todo en medio
de las situaciones adversas. Por otra parte, la otra actitud, la consolación
es la gracia de saber acoger y mostrar en todo momento, especialmente
en aquellos momentos marcados por el sufrimiento y la desilusión, la
presencia y la acción compasiva de Dios que nunca nos abandona y
permanece siempre fiel en su amor por nosotros.
Por eso el Apóstol afirma que somos fuertes, porque en la
lógica del Evangelio nuestra fuerza no viene de nosotros sino del Señor,
que nos concede experimentar su consolación y su amor fiel, y nos da la
capacidad de estar cerca de los hermanos más débiles y de hacernos
cargo de su fragilidad.
La Palabra de Dios alimenta en nosotros la esperanza, que se traduce
concretamente en servicio recíproco y en el compartir. Esto es posible
sólo cuando en el centro está Cristo y su Palabra, porque él es el
“hermano fuerte” que nos cuida y nos carga sobre sus hombros de “Buen
Pastor”, tierno y solícito.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a
los provenientes de España y Latinoamérica. Agradezcamos al Señor el
don de su Palabra y no olvidemos que nuestra esperanza no depende de
nuestras capacidades, sino de la ayuda de Dios y de la fidelidad de su
Amor. Muchas gracias.
Saludos en portugués
Saludo a los peregrinos de lengua portuguesa de Fringe, de Brasil y
Portugal. Queridos amigos, estamos llamados a estar siempre
disponibles para los demás, con una sonrisa o una mano tendida a los
que están en dificultades, convirtiéndonos así en verdaderos
sembradores de esperanza. ¡Dios os bendiga a todos!
Saludos en árabe
Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua árabe,
especialmente a los de Egipto, Tierra Santa y Oriente Medio. La
perseverancia se hace imposible si no se basa en la esperanza y el
consuelo se vuelve engañoso si no se basa en la confianza en la
presencia seguras y cercana del Señor. La perseverancia y el consuelo
son imposibles sin tener a Cristo en el centro de nuestra vida, de
nuestra vida, de nuestra existencia y de nuestra esperanza. ¡Que el
Señor os bendiga a todos y os guarde del mal!
Saludos en polaco
Doy la bienvenida a los peregrinos polacos. La Cuaresma nos llama a la
conversión y a la penitencia; nos indica el ayuno, la oración y la
limosna como un camino de transformación; Nos anima a un examen de
conciencia con el humilde reconocimiento de la culpa y la confesión de
los pecados. "Aprended – como decía San Juan Pablo II - a llamar
blanco al blanco y negro al negro, mal al mal, y bien al bien.
Aprended a llamar al pecado pecado, y no lo llaméis liberación y
progreso "(A los estudiantes universitarios, 03/26/1981). Llenos
de confianza en el poder de la Palabra de Dios, abramos nuestros
corazones al don de su misericordia y de su perdón. Alabado sea
Jesucristo.
Saludos en italiano
Queridos peregrinos de lengua italiana, ¡bienvenidos!
Saludo a los participantes en el encuentro de directores de Migrantes
y los animo a continuar sus esfuerzos para la acogida y la hospitalidad
de los prófugos y de los refugiados, facilitando su integración,
teniendo en cuenta los derechos y obligaciones mutuas del que acoge y
del que es acogido.
Saludo a los niños con síndrome de Down de la diócesis de Ascoli
Piceno y a los trabajadores del Sindicato Costero Italiano, a los del
grupo Fruit Imprese y a los de la Accenture Services.
Un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados.
El próximo sábado celebraremos la solemnidad de la Anunciación del
Señor a Virgen María. Queridos jóvenes, sabed escuchad la voluntad de
Dios como María. Queridos enfermos, no os desaniméis en los momentos
más difíciles, sabiendo que el Señor no da un cruz superior a nuestras
fuerzas. Y vosotros, queridos recién casados, construid vuestras vida
matrimonial sobre la roca sólida de la Palabra de Dios.
Llamamiento del Santo Padre
Invito a todas las comunidades a vivir con fe la cita del 23 y del 24
de marzo, para redescubrir el sacramento de la reconciliación: "24 horas
para el Señor." Espero que también este año ese momento privilegiado
de gracia del camino cuaresmal se viva en muchas iglesias para
experimentar el encuentro gozoso con la misericordia del Padre, que
acoge y perdona a todos.