Ciudad Victoria, MÉXICO (Agencia Fides, 29/03/2017) – “Lo que sucede en la cárcel de 
Cadereyta es sólo la punta del iceberg” señala un periódico de Nuevo 
León haciendo referencia a los dos días de revueltas en una cárcel 
mexicana, que han causado dos muertos y trece heridos graves. Los 
reclusos, antes de ayer y ayer, dieron fuego a los colchones en las 
celdas y saquearon la farmacia de la prisión. “Un síntoma de que las 
cosas son aún más graves de lo que el gobierno quiere reconocer” se lee 
en la nota enviada a la Agencia Fides tras las declaraciones oficiales 
del portavoz del gobierno, según el cual se ha tratado sólo de una 
protesta. Más tarde el gobierno ha admitido que había sido una revuelta.
Precisamente hace tres días, en el estado vecino, Su Exc. Mons. Antonio 
González Sánchez, obispo de Ciudad Victoria, no muy lejos del lugar de 
la revuelta, había declarado a la prensa que “en México es urgente 
realizar una reforma de las cárceles” y había pedido al Gobierno Federal
 que reforme el sistema porque está deteriorado. “Las cárceles no 
funcionan como deberían - ha dicho Mons. González -. Por desgracia se 
habla mucho de las tragedias de seguridad, de buscar otras 
instituciones, pero creo que la ciudadanía quiere ver resultados 
tangibles”.
Hace pocos días, 29 prisioneros se escaparon de la cárcel de Ciudad 
Victoria, en el estado mexicano de Tamaulipas, a través de un túnel 
subterráneo escavado por debajo del muro de cinta del centro 
penitenciario. La dura reacción de los guardias de la cárcel ha 
desencadenado una revuelta y desordenes, durante los cuales cuatro 
detenidos han sido apuñalados. Tres de ellos han fallecido y otro está 
herido. 
 
