Jerusalén, TIERRA SANTA (Agencia Fides, 24/03/2017) - El Santo Sepulcro corre el peligro de 
colapsar, si no se aplican medidas adecuadas para consolidar sus 
fundamentos inestables. La advertencia llega del mismo equipo de 
arqueólogos y expertos que han completado con éxito la restauración del 
Edículo (estructura que, dentro del santuario, contiene los restos de 
una cueva venerada al menos desde el siglo IV de nuestra era como la 
tumba de Jesús). Todo el complejo del Santo Sepulcro – ha declarado a 
National Geographic la arqueóloga griega Antonia Moropoulou, docente en 
la National Technical University de Atenas (NTUA) y coordinadora 
científica del proyecto de restauración que acaba de terminar – podría 
verse amenazada por “una falla estructural importante”. Y si esto 
ocurriese – ha añadido la arqueóloga griega, “no sería un proceso lento,
 sino más bien catastrófico”.
Las hipótesis alarmantes han tomado forma durante los estudios 
realizados en el Santo Sepulcro por el equipo de expertos encargados de 
la restauración del Edículo. Al terminar el trabajo, la investigación 
del equipo, comunicado a National Geographic, ha puesto de manifiesto 
que todo el complejo, cuya última restauración se remonta al siglo XIX, 
parece estar construido en gran parte sobre una base inestable de restos
 de estructuras anteriores, con un subsuelo atravesado por galerías y 
canales.
El santuario realizado por el emperador Constantino, construido sobre 
los restos de un templo romano anterior alrededor de lo que se veneraba 
como la tumba de Jesús, había sido parcialmente destruido por los 
invasores persas en el siglo VII, y luego por los fatimíes en 1009. La 
iglesia fue reconstruida en mitad del siglo XI.
Los detalles técnicos del expediente, recogidos también gracias al uso 
del geo-radar y de cámaras robóticas, describen una situación alarmante 
en cuanto a la estabilidad del santuario, visitado cada año por millones
 de peregrinos y turistas, muchos de los pilares de 22 toneladas que 
sostienen la cúpula descansan sobre un metro y medio de escombros poco 
consolidados.
La restauración entorno al Edículo, que se ha celebrado este miércoles, 
22 de marzo, con una ceremonia ecuménica en la que estaba presente el 
Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I – ha contado con la 
cooperación eclesial de las tres componentes que comparten la 
responsabilidad de la basílica (Patriarcado greco-ortodoxo de Jerusalén,
 Patriarcado armenio apostólico de Jerusalén y la Iglesia Católica, a 
través de la Custodia de Tierra Santa).
A la financiación de las obras también han contribuido al Rey de Jordan 
Abdullah II - que en abril el año 2016 envió como “beneficencia real” 
(Makruma) una donación personal sustancial para el proyecto - y el 
presidente palestino, Mahmud Abbas, con una “contribución personal”, el 
pasado octubre. 
Ahora, el equipo griego que, después de la conclusión de los trabajos de
 restauración del Edículo, ha dado la alarma sobre la debilidad 
estructural del complejo, ha estimado que se necesitan al menos seis 
millones de euros para la realización de las obras necesarias para 
asegurar la basílica. El sábado 18 de marzo, un comunicado difundido por
 la Custodia de Tierra Santa ha informado de que “la Santa Sede ha 
asignado 500 mil dólares como contribución para comenzar la nueva fase 
de consolidación y restauración en el Santo Sepulcro. Esta contribución 
“será concedido después de que las comunidades titulares del Status Quo 
habrán establecido de mutuo acuerdo un comité especial”. 
 
