CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 29 de marzo de 2017).- 
La Audiencia General de esta mañana ha tenido lugar esta mañana a las
 9:30 horas en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre FRANCISCO ha 
encontrado  a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y 
de todos los lugares del mundo.
En su discurso el Papa, ha centrado su meditación en el tema: “Esperando contra toda esperanza”  (cfr. Rm
 4,16-25). Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el 
Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes A
 continuación, tras saludar a la delegación de las superintendencias 
iraquíes, formada por los representantes de varios grupos religiosos y 
presente en la audiencia, ha dirigido una invitación a la oración para 
la reconciliación en Irak.
La Audiencia General ha terminado con el canto del  Pater Noster  y la  bendición apostólica
Catequesis del Santo Padre
El pasaje de la Carta de san Pablo a los Romanos, que acabamos de 
escuchar es un gran don para nosotros. Efectivamente, estamos 
acostumbrados a reconocer a Abraham como nuestro padre en la fe; hoy el 
Apóstol nos hace comprender que Abraham también es para nosotros padre en la esperanza; no sólo  padre de la fe, sino padre en la esperanza.
 Y esto, porque en su vicisitud ya podemos entrever  un anuncio de la 
Resurrección, de la vida nueva que vence al mal y a la misma muerte.
 
 
 El texto dice que Abraham creyó en el Dios "que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean" (Rm 4:17); y luego precisa: "No vaciló en su fe al considerar su cuerpo ya sin vigor..y el seno de Sara igualmente estéril" (Rm
 4:19). Así es la experiencia que también  nosotros estamos llamados a 
vivir. El Dios que se revela a Abraham es el Dios que salva, el Dios que
 saca de la desesperación y de la muerte, el Dios que llama a la vida. 
En la historia de Abraham todo se convierte en himno al Dios que libera y
 regenera, todo se convierte en profecía. Y se convierte para nosotros, 
para nosotros que ahora reconocemos y celebramos el cumplimiento de todo
 esto en el misterio de la Pascua. Para Dios "que resucitó de entre los 
muertos a Jesús" (Rm 4:24), para que también nosotros podamos 
pasar en Él de la muerte a la vida. Y, realmente, Abraham bien puede 
llamarse  entonces " padre de muchas naciones", porque resplandece como 
anuncio de una nueva humanidad -¡ nosotros! -, rescatada por Cristo del 
pecado y de la muerte e introducida de una vez por todas en el abrazo 
del amor de Dios.
 
 
En este punto, Pablo nos ayuda a focalizar la estrecha unión entre la fe y la esperanza.  Afirma, efectivamentes,  que Abraham "creyó, esperando contra toda esperanza" (Rm
 4:18). Nuestra esperanza no se asienta sobre razonamientos, previsiones
 y seguridades humanas; y se manifiesta allí donde ya no hay esperanza, 
donde no queda nada que esperar, como sucedió con Abraham, frente a su 
muerte inminente y a la esterilidad de su esposa Sara. Se acercaba el 
final para ellos, no podían tener hijos, y en esa situación, Abraham 
creyó y tuvo esperanza contra toda esperanza.¡ Y esto es grandioso! La 
gran esperanza está enraizada en la fe y, por eso,  es capaz de ir 
contra toda esperanza. Sí, porque no se basa en nuestra palabra, sino 
en  la Palabra de Dios.  También en este sentido, estamos llamados a 
seguir el ejemplo de Abraham que, incluso ante la evidencia de una 
realidad que parecía destinada a la muerte, se fía  de Dios, "con el 
pleno convencimiento de que poderoso es Dios para lo prometido" (Rm
 4,21). Me gustaría preguntaros: Nosotros, todos nosotros, ¿estamos 
convencidos de ello? ¿Creemos que Dios nos ama y que está dispuesto a 
cumplir todo lo que nos ha prometido? “Pero,  padre, ¿cuánto tenemos que
 pagar? Sólo hay un precio, " abrir el corazón ". Abrid vuestros 
corazones y esta fuerza de Dios os llevará adelante, hará cosas 
milagrosas y os enseñará  qué es la esperanza. Este es el único precio: 
abrir el corazón a la fe y Él hará el resto.
 
 
Esta es la paradoja y, al mismo tiempo,  el elemento más fuerte, el más
 alto de nuestra esperanza. Una esperanza fundada en una promesa que, 
desde el punto de vista humano, parece incierta e impredecible, pero que
 no falla  incluso ante la muerte, cuando el que promete es el Dios de 
la Resurrección y de la vida. ¡Esto no lo promete cualquiera! El que 
promete es el Dios de la Resurrección y de la vida.
 
 
Queridos hermanos y hermanas,  pidamos  hoy al Señor la gracia de 
permanecer firmes no tanto en nuestra seguridad, en nuestras 
capacidades, sino en la esperanza que brota de la promesa de Dios, como 
verdaderos hijos de Abraham. Cuando Dios promete, cumple lo que promete.
 Nunca falta a su palabra. Y entonces nuestra vida asumirá una luz 
nueva, conscientes de que Aquel que resucitó a su su Hijo tambien nos 
resucitará y nos hará, verdaderamente, uno con El, junto con todos 
nuestros hermanos en la fe. Todos nosotros creemos. Hoy estamos todos en
 la Plaza, alabamos al Señor, cantaremos el Padrenuestro, después 
recibiremos la bendición ... Pero esto pasa. Pero esta también es una 
promesa de esperanza. Si tenemos hoy  un corazón abierto, os aseguro que
 todos nos encontraremos en la plaza del Cielo que nunca jamás pasará. 
Esta es la promesa de Dios y esta es nuestra esperanza, si abrimos 
nuestros corazones. Gracias.
Saludos en diversas lenguas:
Saludos en francés
 
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa, en particular a
 los jóvenes llegados desde  de Francia, así como a la Asociación de 
Paralíticos de Francia y a la  Comunidad de la Fuente.
 
Mientras nos preparamos para celebrar la muerte y resurrección de 
Jesús, mantened siempre firme la esperanza de resucitar un día con Él. 
Esta esperanza nos da la fuerza para perseverar en el camino de nuestra 
vida. ¡Dios os bendiga!
 
Saludos en inglés
 
 
Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de 
hoy, especialmente a  los procedentes de Inglaterra, Escocia, Finlandia,
 Noruega, Filipinas y  Estados Unidos de América. Dirijo un saludo 
especial a los representantes del grupo parlamentario del Reino Unido 
para las relaciones con la Santa Sede, y aprecio la labor que han 
realizado. Con  el ferviente deseo de que esta Cuaresma sea para 
vosotros y vuestras familias un tiempo de gracia y de renovación 
espiritual, invoco sobre vosotros toda la alegría y la paz del Señor 
Jesús. ¡Dios os bendiga!
 
Saludos en alemán
 
Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua alemana. Alimentad 
vuestra esperanza a través del contacto diario con Cristo en la oración,
 en la lectura del Evangelio y en las obras de caridad. Aprovechad bien 
este tiempo de Cuaresma para la fe en el Dios de la vida. ¡Que el Señor 
os proteja al igual que a vuestras familias!.
 
Saludos en español
 
Queridos hermanos:
 
En la catequesis de hoy hemos visto la estrecha relación que hay 
entre la fe y la esperanza. En la carta a los Romanos, san Pablo nos 
dice que Abrahán, «apoyado en la esperanza, creyó contra toda 
esperanza». El patriarca, a pesar de sus muchos años y la esterilidad de
 su mujer Sara, siguió creyendo en la promesa que Dios le había hecho de
 darle una gran descendencia. Frente a la evidencia de una realidad 
contraria a toda esperanza humana, él se fía de Dios con la certeza de 
que el Señor cumplirá sus promesas. También nosotros estamos llamados a 
vivir una esperanza como la de Abrahán, que no se apoya en 
razonamientos, o en previsiones o cálculos humanos, sino que hunde sus 
raíces en la fe en la Palabra de Dios. Así nuestra vida se iluminará con
 la certeza de saber que Aquél que ha resucitado a su Hijo de la muerte 
nos resucitará también a todos nosotros y nos hará ser una sola cosa con
 Él, junto a todos nuestros hermanos en la fe.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a la 
Virgen María que en este tiempo de cuaresma nos ayude a intensificar 
nuestra preparación espiritual para que la celebración del misterio 
pascual de Cristo renueve nuestra fe y  nuestra esperanza. ¡Que el Señor
 os bendiga!. Muchas gracias.
Saludos en portugués
 
Con  un afecto particular saludo al grupo de "Amigos dos Museus de Portugal", y también a los  profesores y estudiantes del “Colégio Cedros”,
 deseando a todos los peregrinos de  idioma portugués  presentes y a sus
 familias, una vitalidad espiritual renovada en la adhesión, fiel y 
generosa, a Cristo y a la Iglesia. Mirad al futuro con esperanza y no os
 canséis de trabajar en la viña del Señor. ¡Que  la Virgen María vele 
vuestro camino!
Saludos en árabe
 
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de la lengua árabe, en 
particular a los procedentes de Irak. Queridos hermanos y hermanas, por 
fe María acogió la  palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería
 la Madre de Dios, acogiendo también en sí  lo que no entendía del 
actuar  de Dios y dejando que Él  le abriera la mente y el corazón. Como
 ella, también nosotros estamos llamados a vivir sostenidos por la  fe y
 a mirar con esperanza al cumplimiento de la voluntad de Dios en 
nuestras vidas. ¡El Señor os bendiga!
 
Saludos en polaco
 
Saludo cordialmente a los peregrinos de Polonia, y especialmente al 
grupo de invidentes de Wieliczka. Queridos hermanos y hermanas, mientras
 nos preparamos para celebrar los misterios de la muerte y resurrección 
de nuestro Señor,  aprendamos a vivir la esperanza que es más fuerte que
 la muerte y  que todo mal, porque se basa en la Palabra de Dios, que 
resucitó a su Hijo y también nos resucitará a la nueva vida. ¡Que su 
bendición os acompañe siempre!. ¡Alabado sea Jesucristo!
 
Saludos en italiano
 
 
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. Saludo a
 los sacerdotes del Movimiento de los Focolares,  a la asociación 
"Provida Italia" y al Comité Pro Viernes Santo de Cave. Saludo a los 
fieles de Cassino, que recuerdan el septuagésimo aniversario de la 
consagración de la iglesia de San Antonio de Padua; al Grupo "Unasca 
Italia" y al equipo Basket for ever  de Gaeta. ¡Que la visita a 
la Ciudad Eterna acreciente en cada uno la comunión con la Iglesia 
Universal y con el Sucesor de Pedro!.
 
 
Por último, dirijo un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a
 los recién casados. Queridos jóvenes, el tiempo de Cuaresma es precioso
 para redescubrir la importancia de la fe en la vida diaria; queridos 
enfermos, unid vuestros sufrimientos a la Cruz de Cristo para construir 
la civilización del amor; y vosotros, queridos recién casados, favoreced
 la presencia de Dios en vuestra nueva familia.
Llamamiento del Santo Padre
 
 
Me complace saludar a la delegación de Superintendencias  iraquíes 
formada  por los representantes de varios grupos religiosos, acompañada 
por Su eminencia el cardenal Tauran, Presidente del Consejo Pontificio 
para el Diálogo Interreligioso. La riqueza de la amada nación iraquí 
estriba precisamente en este mosaico que representa la unidad en la 
diversidad, la fuerza de la  unión, la prosperidad en la armonía. 
Queridos hermanos, os animo a seguir adelante en este camino e invito a 
rezar para que  Irak encuentre en la reconciliación y la armonía entre 
sus distintos componentes étnicos y religiosos, la paz, la unidad y la 
prosperidad. Mi pensamiento va a las poblaciones civiles atrapadas en 
los distritos occidentales de Mosul y a los desplazados a causa de la 
guerra, a quienes me siento unido en el sufrimiento, a través de la 
oración y la cercanía espiritual. Al mismo tiempo que expreso mi 
profundo pesar por las víctimas del sangriento conflicto, renuevo a 
todos el llamamiento a comprometerse con todas sus  fuerzas en la 
protección de los civiles, como obligación imperativa y urgente.
 
