Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 23/03/2017) – “Lo que pedimos a nuestros políticos es que
sean coherentes y que voten sobre la pena de muerte de acuerdo con su
conciencia. Pedimos que no utilicen la fe por conveniencia política.
Muchos políticos que declaran decir sí a la vida, luego, votan a favor
de la pena de muerte. La conciencia iluminada por la fe es muy
importante en la política, como en cualquier otra opción de la vida
humana. Las opciones en la vida personal o privada no pueden estar en
contradicción con las de la vida pública”: lo dice a la Agencia Fides el
p. Melvin Castro, Secretario ejecutivo de la Comisión “Familia y vida”
de la Conferencia episcopal, mientras el Senato filipino se prepara para
votar la ley sobre la restauración de la pena de muerte, que ya ha sido
aprobada por el Congreso. El voto del Senado está fijado para el 2 de
mayo y en la asamblea la mayoría está formada por los miembros del
partido del presidente Duterte, promotor de la ley.
“La Iglesia enseña esto, la sacralidad de toda vida. Queremos vivir en
una nación que tenga siempre presente el principio de respeto a la
dignidad inalienable de cada hombre y de cada mujer y los derechos
humanos fundamentales”, ha remarcado el p. Castro a la Agencia Fides.
La Conferencia Episcopal de Filipinas, en una reciente declaración
pública, leída en todas las iglesias, ha presentado varias buenas
razones para rechazar el proyecto de ley sobre la pena de muerte. Los
obispos afirman que la pena de muerte “no es necesaria”, “no asegura una
mayor justicia”, “no ayudará al país”.
De hecho, cada pena, observan los obispos, debería tener un efecto
reformador y el objetivo de la “curación y del cambio de vida” de quien
comete un crimen, y no tener un carácter de venganza. Por otra parte,
según los datos del Tribunal Supremo, los errores de la justicia en
casos de condenas de muerte están por encima del 70%, al mismos tiempo
que “ningún estudio ha demostrado que la imposición de la pena de muerte
es un medio eficaz de disuasión a la delincuencia”, señala el mensaje
de los obispos.
Por lo tanto el llamamiento pide explícitamente a los senadores que
“rechacen la reintroducción de la pena de muerte”. Los obispos por
último invitan a los fieles a orar constantemente para que “el Espíritu
Santo ilumine y guíe el espíritu y la conciencia de los legisladores”,
llamados a tomar una decisión que afectará a la vida de muchas personas y
al futuro del país.