CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de marzo de 2017).- Esta mañana, a las 11.00 horas, ha tenido lugar en la Oficina de Prensa de
la Santa Sede una conferencia de prensa para presentar la Carta del
Santo Padre FRANCISCO para el IX Encuentro Mundial de las Familias que
se celebrará del 21 al 26 de agosto en Dublin, Irlanda, dedicada al
tema: El Evangelio de la Familia: alegría para el mundo”.
Han intervenido el Em.mo Cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y S.E. Mons. Diarmuid Martin, Arzobispo de Dublín (Irlanda).
Publicamos a continuación las intervenciones:
Intervención del cardenal Kevin Joseph Farrell
El IX Encuentro Mundial de las Familias se llevará a cabo en Dublín del
21 al 26 de agosto de 2018. La Carta del Santo Padre, que se hace
pública hoy, confirma la fecha y el tema "El Evangelio de la familia:
alegría para el mundo". El primer punto de referencia indicado por el
Papa es que este encuentro pueda ofrecer a las familias de todo el
mundo la oportunidad de “profundizar en la reflexión y la compartición
de los contenidos de la Exhortación Apostólica postsinodal Amoris Laetitia".
La Iglesia en Dublín ya está manos a la obra, como escucharéis dentro de
poco. Pero me gustaría hacer hincapié en que la preparación de este
gran evento es tan importante en todas las diócesis y parroquias como la
celebración final en Irlanda. Así es como, efectivamente, el evento
puede incidir realmente en la vida familiar, eclesial, cultural y
social, mostrando visiblemente la intensa comunión de todo el Pueblo de
Dios y de todas las familias cristianas en torno al Papa. En esta
preparación un instrumento de ayuda son las "catequesis" de las que se
hablará en breve, así como el programa del IX Encuentro y del Congreso
Teológico-Pastoral en los tres primeros días.
Me gustaría ahora, sin embargo, llamar su atención sobre el contenido
de la Carta del Santo Padre. FRANCISCO escribe: "¿ El Evangelio sigue
siendo alegría para el mundo? Y también: “¿ La familia sigue siendo una
buena noticia para el mundo de hoy?”.
Es fácil ver la compenetración entre evangelio, familia y mundo de
hoy: la familia saca fuerzas y alegría del Evangelio, la familia
evangelizada hace llegar al mundo vez la buenas nueva del amor
misericordioso del Padre. El Papa abre su corazón y confiesa su sueño de
pastor universal " una Iglesia en salida, no autorreferente, una
Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia
misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que
es la Misericordia.". Y la Iglesia será así y hará así en la medida en
que las familias cristianas sean " lugares de misericordia y testigos
de misericordia ".
Nuestro dicasterio y la arquidiócesis de Dublín solicitan el
protagonismo activo de todas las comunidades eclesiales y de los
responsables pastorales en los distintos niveles para que cada
experiencia se recoja y circule, incluso a través de los medios de
comunicación; esto mejorará la belleza y la alegría de la familia con la
esperanza de que en Dublín el plan de Dios sobre la familia puede
manifestarse en el mundo de hoy como lo que realmente es: un gran ""sí" a
toda la creación y al corazón de la misma, que es el hombre. Es el "sí"
de Dios a la unión entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y al
servicio de ella en todas sus fases" (de la Carta del Papa).
Intervención de S.E. Mons. Diarmuid Martin
Personas procedentes de los contextos más diversos están fascinadas
por el Papa Francisco. Incluso aquellos que no pertenecen a la Iglesia
aprecian su deseo de estimular una verdadera renovación de la Iglesia y
le desean que tenga éxito en su aspiración.
¿Qué inspira a FRANCISCO su deseo de renovación? Existe el peligro
de que cada persona trate de imponer su propia idea personal que no es
realmente esa visión de renovación auténtica del Papa.
En la Carta de Convocatoria del Encuentro Mundial de las
Familias que tendrá lugar en Dublín en 2018, y que se publica hoy,
FRANCISCO explica como sueña la Iglesia:
"Sueño con una Iglesia en salida, no autorreferente, una Iglesia que no
pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que
anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la
Misericordia."
FRANCISCO ha expresado estas ideas en muchas otras ocasiones. Son
evidentes en el breve discurso a los cardenales en los días antes del
cónclave que lo eligió. La novedad de la Carta de Convocatoria
es el énfasis en el papel central que la familia está llamada a
desempeñar en la realización de este gran sueño de renovación del Papa.
La familia está llamada a ser el lugar de encuentro con esa
misericordia divina que sana y libera. La familia está llamada a ser el
lugar donde los cónyuges se aman de una forma no vagamente romántica,
sino dentro de las realidades y dificultades diarias. Vivir el amor en
la familia implica que sus miembros sepan cómo darse con generosidad,
sepan perdonar, sepan cómo no perder nunca la paciencia, sino , al
contrario, cómo tender la mano y comprender al otro respetándose
mutuamente.
La visión del Papa de la misión de la familia no trata de ocultar el
hecho de que las familias se enfrentan a retos, debilidades, flaquezas,
incluso fracasos. Las familias necesitan una Iglesia que esté cerca de
ellas, que las acompañe en un proceso de discernimiento e integración
para ayudarlas a responder con un 'sí' al amor divino.
El Encuentro Mundial de las Familias en Dublín no pretende ser sólo un
acontecimiento de paso, una celebración fugaz de los ideales de la
vida familiar. Se trata, en cambio, de un momento en que toda la
Iglesia está llamada a profundizar la reflexión sobre la enseñanza de la Amoris Laetitia;
un momento en que el amor cotidiano de maridos y mujeres y el amor
cotidiano de los padres por sus hijos pueda ser reconocido como un
recurso fundamental para la renovación de la Iglesia y de la sociedad.
La Iglesia debe ser un lugar donde las personas cuyo matrimonio está en
dificultades o incluso está fracasando, no se sientan juzgadas con
dureza, sino que puedan experimentar el fuerte abrazo del Señor que
puede aliviarlas, para recomenzar a realizar sus sueños, aunque sólo sea
de manera imperfecta.
La celebración de Dublín en agosto de 2018 estará precedida de una
amplia catequesis sobre el significado del amor conyugal y familiar y
sobre el papel de la familia en la sociedad. Será un tiempo de
renovación para la Iglesia en Irlanda con una amplia participación de
los fieles laicos. Será un momento en que el papel de la familia se
podrá entender más profundamente. Será una ocasión en la que las
familias podrán recobrar la confianza en la realización de su misión en
el contexto de una Iglesia que es misericordiosa, y que las acompaña en
los altibajos de sus vidas.
La Iglesia en Irlanda – sobre todo mi Arquidiócesis de Dublín - es
consciente del privilegio asignado por el Papa FRANCISCO, pero también
es consciente del reto que el Papa le ha confiado pidiéndole que
organizase un evento de esta magnitud. Es un reto no sólo en términos
de organización de un gran evento mundial, sino también un reto para
recordar, en una sociedad moderna como la irlandesa, con su compleja
combinación de fe y secularización, cuánto sea importante la familia
para el futuro de Irlanda y para la sociedad en general, especialmente
en Europa.