Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 22/03/2017) - Al menos ocho personas han muerto en un ataque
suicida ocurrido en la noche del 22 marzo, en Maiduguri, capital del
Estado de Borno, en el noreste de Nigeria. Según las primeras
informaciones cinco terroristas suicidas se han hecho explotar en el
campo para refugiados de Muna Garage cerca de la la ciudad.
El campamento acoge a cientos de miles de desplazados que huyen de la
violencia de Boko Haram, que ya ha cometido más ataques suicidas contra
la estructura humanitaria. Por tanto, es probable que este último ataque
haya sido perpetrado por la secta islamista, que a pesar de los fuertes
golpes recibidos por el ejército, continúa llevando a cabo ataques para
demostrar que no ha sido derrotada.
La situación de seguridad es muy precaria en otras zonas de Nigeria. El
20 de marzo, 18 personas murieron en un mercado en la región central de
Benue. El Presidente Muhammadu Buhari ha ordenado una investigación
sobre esta matanza y condenado la reciente ola de asesinatos que afecta a
diferentes regiones de la Federación.
En su última declaración pública, los Obispos
nigerianos han advertido sobre la “pérdida de la sacralidad de la vida” y
la “difusión, en varias áreas, de milicias étnicas, y de su violencia
cada vez más destructivas contra la comunidad”. “Somos testigos del
crecimiento de políticas de identidad con nuestra gente que se repliega
en su propio origen étnico” han advertido los obispos remarcando que
“desde el final de la trágica guerra civil (1967-1970), en ningún
momento de la historia de nuestro querido país, la cuestión de la
ciudadanía ha sido sometida a una prueba tan dura”.