Detroit, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (Agencia Fides, 11/07/2017) - La deportación a Iraq de los cristianos
caldeos y de otros inmigrantes iraquíes debido a las nuevas
disposiciones en materia de inmigración implementadas por la
Administración Trump ha sido bloqueada por un juez federal de Detroit
hasta el próximo 24 de julio.
Lo refiere a la prensa local de la zona metropolitana de Detroit,
añadiendo que entre las comunidades de la diáspora caldea en los USA
continúan circulando voces alarmantes sobre posibles represalias
predispuestas contra ellos por parte de la Immigration and Custom
Enforcement (ICE), la agencia federal estadounidense responsable del
control de seguridad de las fronteras y de la inmigración. Quienes han
puesto en guardia a las comunidades de inmigrantes iraquíes de al zona
de Detroit han sido sus mismos asesores legales.
La expulsión potencial de los 1.400 inmigrantes iraquíes de los EE.UU.,
que podría ser enviados de vuelta a Iraq, de acuerdo con las nuevas
normas sobre la inmigración dispuestas por la Administración Trump ya
había sido bloqueada con una apelación ante la Corte Federal en Detroit
el sábado 24 de junio.
Entre los 1400 iraquí potencialmente sujetos a las disposiciones de
deportación están más de 100 cristianos caldeos, detenidos por la
policía de la Immigration and Customs Enforcement el pasado 12 de junio.
Se trata sobre todo de hombres residentes en los Estados Unidos desde
hace décadas. La operación se produjo después del acuerdo entre los
EE.UU. e Iraq en el que el gobierno iraquí acordó acoger un cierto
número de ciudadanos iraquíes sometidos a órdenes de expulsión, con el
fin de ser eliminado de la lista negro de las naciones afectadas por el
llamado “muslim ban”, el bando del presidente Donald Trump para impedir
el acceso a Estados Unidos de ciudadanos de seis países de mayoría
musulmana considerados como potenciales “exportadores” de terroristas.
Algunos de los cristianos detenidos habían tenido anteriormente
problemas con la ley, algo que según la policía justifica la decisión de
someterlos a la medida de repatriación forzada a Iraq. El jueves 22 de
junio el juez de distrito estadounidense Mark Goldsmith ya había
suspendido durante 14 días los procedimientos de expulsión, periodo
durante el cual tendrá que decidir si su corte tiene jurisdicción para
decidir sobre el asunto. El Patriarca caldeo Louis Raphael Sako también
ha intervenido sobre el caso: en una carta al obispo caldeo Frank
Kalabat, que dirige la Eparquía de San Tomás Apostol en Detroit, el
Primado de la iglesia caldea pidió solidaridad y cercanía a las familias
de los iraquíes afectados por esta medida de expulsión, y deseaba una
solución adecuada la emergencia humanitaria provocada por las medidas de
alejamiento, dirigidas hacia padres de familia con hijos pequeños.
Hace poco, en torno a la historia de los caldeos en peligro de
expulsión, los medios locales de Detroit registraron la reacción de
Justin Meram, reconocido jugador de fútbol estadounidense de origen
iraquí, hijo de padres caldeos provenientes de la ciudad de Tel Kaif, en
la llanura de Nínive: “al ser un americano caldeo, un estadounidense de
Iraq, es una cosa difícil de soportar”, había declarado Meram al
Detroit News, pidiendo una solución para esta historia que no cause más
sufrimiento y separaciones familiares para los inmigrantes iraquíes en
los EE.UU.