Nyal,SUDÁN DEL SUR (Agencia Fides, 03/07/2017) – “De Juba en avión hasta Rumbek, antiguo estado de
los Lagos, y de aquí en helicóptero durante 40 minutos hasta Nyal, el
que era el estado de Unity. Por carretera no se puede llegar, es
demasiado peligroso”. Es el relato de don Dante Carraro en Sudán del Sur
(ver Fides 27/6/2017). “Es una zona en la que confluyen las fuerzas
gubernamentales y los rebeldes con la guerrilla que opera a diario",
cuenta a Fides el sacerdote que es director de la ONG Médicos con
África-Cuamm. “En ese lugar viven unas 70.000 personas muy pobres y que
no tienen asistencia médica. En los últimos dos años muchos se han
refugiado en Nyal para huir del drama de la guerra. A estos desplazados
internos se les llama IDP (Internal Displaced People) y son en su
mayoría madres con hijos a cargo, mujeres jóvenes y también viudas que
han sufrido violencia y humillaciones y, como resultado, tienen una
media de 3 o 4 hijos pequeños. Viven escondidas en los inmensos
humedales (swamps) que bordean las orillas del Nilo, en una especie de
chozas cubiertas con tela de nailon proporcionada por las organizaciones
humanitarias”.
“Hasta llegar a algunas de estas mujeres – prosigue don Dante - podemos
llegar a pasar una hora canoa. Es terrible ser testigo de la vida de
estas pobres madres jóvenes. Están abandonadas, hambrientas y sin ningún
tipo de asistencia médica". En medio de esta situación, Médicos con
Africa-Cuamm, junto al personal local, está trabajando para garantizar
el alimento, las vacunas y las medicinas básicas. Es una enorme tarea
logística/sanitaria porque se trata de zonas de muy difícil acceso ya
que no existen las carreteras, solo enormes pantanos.