Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 05/07/2017) – El presidente de la Conferencia Episcopal de
Venezuela (CEV) y arzobispo de Cumaná, monseñor Diego Rafael Padrón
Sánchez, ha recordado que la crisis social y política en su país es
“gravísima” y que se necesita urgentemente un diálogo entre gobierno y
oposición para evitar más muertes. Monseñor Padrón Sánchez ha hecho
estas declaraciones a la prensa colombiana durante su visita a los
obispos de ese país reunidos en Bogotá con motivo de su Asamblea
Plenaria.
“Que la crisis venezolana es gravísima lo demuestran los tres meses de
protestas continuas”, ha afirmado monseñor Padrón subrayando además que
falta claridad en la cuestión de los derechos humanos. Actualmente, se
estima que unas 85 personas, sobre todo jóvenes, han fallecido durante
las protestas, pero no hay ningún registro o información precisa sobre
los casos”.
“Conocemos estas noticias por lo que la gente nos cuenta… Hay también
muchas acusaciones de violaciones de los derechos humanos de formas
nunca imaginadas y en todos los sentidos”, ha denunciado el arzobispo de
Cumaná, según la información recogida por Fides.
Monseñor Padrón ha negado que la Iglesia en Venezuela esté perseguida,
pero ha reconocido que encuentra obstáculos para realizar su trabajo.
“En este momento lo que necesita Venezuela no es una nueva Constitución,
sino que se resuelvan los problemas de alimentos, medicinas, libertad,
respeto y dignidad humana”, ha indicado.
En la diócesis venezolana de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, por
su parte, ha publicado un comunicado para prohibir el uso de las
parroquias o de sus locales para el referéndum del 16 de julio
organizado por los órganos gubernamentales en la zona con el fin de de
decidir si apoyar o no a la Asamblea Nacional Constituyente. “Se trata
de una actividad eminentemente política y de partido, -asegura el
comunicado-. Los líderes pueden hacerlo, si quieren, en las zonas
públicas abiertas, pero no en las iglesias, capillas, lugares de culto o
en sus proximidades”.
Ayer en Cárdenas (Táchira), un joven de 25 años resultó muerto en un
enfrentamiento con la Guardia Nacional durante las manifestaciones en
esta zona. No están claras todavía las causas de su muerte, pero todo
apunta a que se debió al golpe de un bote de gas lacrimógeno.